Varios miles de médicos del sistema público de salud culminaron este jueves tres días de marchas callejeras en las principales ciudades de Bolivia, por el temor a una ley en trámite en el Congreso, que, según denuncian, busca el retiro obligatorio a los 65 años.
«Estamos viendo que (las protestas) han estado creciendo» en el país, afirmó durante una de las manifestaciones Aníbal Cruz, líder de la Federación Sindical de Médicos.
Fernando Romero, otro dirigente del sector, dijo por separado que «no tenemos más salida que una lucha indefinida», cuando se le consultó qué harán, al concluir el tercer día de protestas, si el gobierno no atiende sus reclamos.
Los médicos rechazan un proyecto de ley que, dicen, les quiere obligar a jubilarse a los 65 años de edad, cuando ahora el retiro es voluntario.
El gobierno ha señalado que los temores son infundados y que la jubilación es aún voluntaria.
La aprobación de la ley en el Parlamento no tiene fecha.
Las protestas entre el martes y el jueves se han registrado en La Paz, Cochabamba (centro) y Santa Cruz (este).
Los servicios de salud están funcionando a medias y algunas unidades, como las de emergencia, están completamente saturadas.
En el Hospital de Clínicas de La Paz, el principal del país, hay un letrero en la puerta de ingreso a la Sala de Emergencias que dice: «Unidad Colapsada».
En las afueras, a la intemperie, se ven colchones y frazadas en el piso que la gente usa para descansar o protegerse del frío, mientras espera atención médica o a sus familiares.
Maggie Márquez, profesora de 48 años, reconoce que «no atienden al cien por ciento, como debería ser. Hay muchos ratos que (los médicos) se ausentan y tenemos que ir a buscarles».
Las protestas de los médicos está generando la adhesión de los poderosos sindicatos de maestros estatales y de catedráticos y trabajadores del sistema universitario público.