La prohibición de uso de partes de animales, como plumas o pieles, en trajes de bailarines en Carnaval o en fiestas patronales, fue recordada por el viceministro de Medio Ambiente, Franz Quispe, que hizo referencia a la Ley 1525 y manifestó que este delito conlleva una pena privativa de libertad.
Acompañado por el director de la Policía Forestal de Medio Ambiente (Pofoma), Raúl Rodríguez, el viceministro instó a los gobiernos autónomos departamentales y a las autoridades ambientales competentes a coordinar esfuerzos para hacer cumplir la norma.
Rodríguez enfatizó que la Policía se encargará de vigilar y sancionar el tráfico ilegal y la comercialización de derivados de animales silvestres, así como el biocidio.
“Muchas veces para estas fiestas hay gente inescrupulosa, que comercializa -de manera ilegal- piezas de animales silvestres, y vamos a preceder a su respectiva aprehensión. Y los bailarines que hayan adquirido cueros, quirquinchos, plumas, también serán arrestados y sometidos a la justicia ordinaria”, advirtió.
La Ley 1525 establece sanciones para quienes capturen, posean, adquieran, transporten, almacenen, introduzcan o extraigan del país especímenes o partes de fauna y flora silvestre con fines comerciales, con penas que van desde dos hasta seis años de privación de libertad. Esta pena se agrava si la especie traficada está en peligro, en veda, o si se involucran varias especies.
Las autoridades exhortaron a los bailarines y organizadores de eventos festivos a utilizar materiales sintéticos o alternativos, que imiten la apariencia de pieles, plumas y otras partes de animales en los trajes, para respetar la legislación y proteger la biodiversidad del país.
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