En las últimas semanas, el caso de dos perros de raza pitbull que atacaron a un adulto mayor, que terminó en tragedia, llenó los titulares de los medios de comunicación. A raíz de esto, se ha apuntado a la importancia de la crianza de las mascotas y a una tenencia responsable. Pero, ¿en qué consiste?
El veterinario Jerjes Suarez explica de qué se trata la tenencia responsable: «Significa darle calidad de vida a nuestra mascota. Eso significa: darle buena alimentación, el aplicarle todas sus vacunas y proporcionarle un ambiente adecuado donde vivir. Hay personas que tienen de a cinco perros en un departamento pequeño y eso no es permisible».
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2003 en Latinoamérica, unos 44 millones de perros recibieron vacunas antirrábicas.
La OMS advierte que los canes también deben ser vacunados contra el moquillo (produce vómitos, diarreas, dificultades respiratorias graves y afecciones neurológicas) y la parvovirosis (ataca el sistema inmunitario, impidiendo la absorción de nutrientes). Así como debe recibir otras vacunas, que protegen contra la coronavirosis, la hepatitis infecciosa canina y la parainfluenza.
Dieta adecuada y equilibrada, higiene, control veterinario regular y ejercicio son otros aspectos que la OMS recomienda tomar en cuenta, si se habla de tenencia responsable de mascotas.
«La esterilización proporciona calidad de vida y ayuda a la no multiplicación de animales en calidad de abandono y de calle», refiere Romina Landívar, rescatista independiente y fundadora de la fundación ‘Adopciones conexiones Santa Cruz’, que considera este tema importante.
Rescatistas coinciden en que, a pesar de los esfuerzos por promover la tenencia responsable, el abandono animal sigue siendo un problema grave en muchas partes del mundo.
«Antes de adoptar un perro, más que todo (se debe) considerar que es un ser vivo, que requiere afecto; que requiere mucha responsabilidad. Al igual que un ser humano, es un ser vivo, que tiene sentimientos; por lo tanto, no es suficiente con darle solamente comida y agua. Por eso hay que considerar que, a la hora de adoptar (una mascota), uno debe cargar de por vida con esa responsabilidad; es como tener un hijo» cuenta Édgar Ortega, rescatista independiente y voluntario en distintos refugios de la ciudad.
A la hora de adoptar, los refugios buscan asegurarse de que la persona interesada, luego deje al perro nuevamente en la calle.
«El primer requisito (para considerar dar en adopción a un perro) es que (el candidato) tenga una casa o un departamento seguro. Esto quiere decir asegurarse de que el animalito no esté en riesgo», indica Landívar.
«Imagínense, el rescatista, o la persona del refugio, lo ha rescatado, lo ha recuperado; ha invertido, ha gastado en este animalito, para que esté bien de salud, para que ya no sufra, para que se cure; para que sea adoptado por una buena familia, para que vaya un buen hogar, (entonces) tiene que irse a un hogar seguro», agrega Landívar.
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