27 de noviembre de 2023, 4:00 AM
27 de noviembre de 2023, 4:00 AM
En 2015, una treintena de científicos se internó en el monte para explorar una de las áreas protegidas más biodiversas del mundo: el Parque Nacional Madidi.
Tras su expedición de dos años, los estudiosos descubrieron 124 especies y 8 subespecies, en ese momento candidatas a ser registradas como nuevas para la ciencia. La cantidad total de especies documentadas en el Madidi sumó 8.524.
Con menos del 0,0037% (casi 18.000 km2) de la superficie del planeta, Madidi concentra el mayor porcentaje de las plantas y animales existentes en Bolivia: 40% de la flora y 50% de los vertebrados, con un número muy elevado de especies de aves, alrededor del 71%.
Sin embargo, el reducto de vida silvestre, donde el Amazonas se encuentra con los Andes, en los últimos dos meses pasó a ser refugio del fuego.
Las cifras de biodiversidad, orgullo nacional, esta vez fueron minimizadas por las autoridades.
Tras un par de meses de incendios en el norte paceño, el director de Recursos Naturales de la Gobernación, Luis Saucedo, informó que, de manera preliminar, contabilizaron la muerte de 25 animales silvestres.
El biólogo e investigador Vincent Vos lamentó que muy poca gente se da cuenta de la magnitud de los hechos. Recordó que una investigación de la UMSA sobre los incendios de 2019 en la Chiquitania calculó que casi seis millones de individuos, mamíferos, murieron debido al fuego en esa zona.
“Si en la Chiquitania eran seis millones de mamíferos, en la Amazonía debe ser el doble, y si a esto sumamos reptiles, anfibios, o aves, estamos hablando de decenas o centenares de millones de animales muriendo”, dijo.
No todo es lo que parece
Antes de las lluvias, cuadrillas de voluntarios solo tenían la mente puesta en acabar con las llamas, pero ahora se concentran en realizar rastrillajes para detectar y rescatar a la fauna herida.
Existen dos refugios cercanos al Madidi, uno es Onca Wildlife Rescue, donde solo llegó un jochi, que finalmente murió porque tenía el 50% del cuerpo quemado, y el otro es Centro de Rescate Jacj Cuisi, ahí rehabilitaron a una boa arcoiris que presentaba tres quemaduras leves.
Sin embargo, estos números bajos de animales heridos no necesariamente reflejan la magnitud del daño a la fauna.
De acuerdo a Nena Baltazar, presidenta de la Comunidad Inti Wara Yassi del Centro de Rescate Jacj Cuisi, lamentablemente la mayoría de los animales, víctimas de los incendios, fallece, y son pocos los que logran rescatarse y rehabilitarse para la reinserción.
Con ella coincidieron en Onca, donde tienen información de animales que, en vez de ser rescatados, son sacados del monte para ser traficados, mascotizados o, por último, comidos, aprovechándose de su vulnerabilidad.
Sobre los animales heridos, desde el Municipio de San Buenaventura explicaron que no hay un dato exacto.
“Los que manejan el registro de los animales muertos son los funcionarios del Parque Madidi”, dijo Sandro Censano, de la Unidad de Gestión de Riesgo de la Alcaldía de San Buenaventura.
Supone que el daño es severo, pero reconoció que aún no existen datos consolidados, y que posiblemente se presente algún informe en estos días.
La Sociedad para la Conservación de la Vida Salvaje en Bolivia (WSC), que opera en el Madidi, aún está en proceso de analizar el impacto del fuego en la biodiversidad.
Vincent Vos cuestionó que las autoridades hablen de 20 animales afectados, “por supuesto, eso es lo que ve alguien que visita el lugar por un día, pero si se hace un cálculo de cuántos animales viven en un lugar como el que se quemó, podemos basarnos en densidad de especies, áreas de distribución, capacidad de escapar”, agregó.
Según él, es un lindo gesto salvar a un animal, pero no compensa frente a lo que pasa en el país, y a lo que se pierde en riqueza natural.
Vos recordó que se habla mucho de los bosques amazónicos y de que son el pulmón del mundo, ya que capturan el dióxido de carbono, problema principal del cambio climático, pero recalcó que los bosques amazónicos también producen el agua, y que de seguir la tendencia actual, como tumbar árboles, “vamos a secar este país”, advirtió.
La sequía ya se venía sintiendo en la zona. Anteriormente, Rurrenabaque, colindante con San Buenaventura, ya se había declarado en desastre por sequía y por incendios.
“La sequía ahora es general, debido a que se ha ampliado la frontera agrícola en todo el departamento de Beni, y a eso se suma la irresponsabilidad de la gente, existía un estrés hídrico, mezcla precisa para el inicio de incendios, todo era material combustible”, explicó Denis Ribera, de la Unidad de Gestión de Riesgo de Rurrenabaque.
Según Ribera, hacía como tres meses y medio que no llovía, a pesar de que se supone que desde el 2 de noviembre debieron aparecer las primeras precipitaciones.
Afectación
Hasta la fecha no se ha cuantificado la superficie quemada en ese parque nacional, pero el jefe de protección, José Luis Howard, informó de 30 mil hectáreas quemadas, y hay quienes consideran que pueden ser más.
Censano recordó que los incendios no solo llegaron a las zonas de amortiguamiento del Madidi, sino también al corazón, ya que afectaron a los habitantes de San José de Uchupiamonas.
En esta comunidad la falta de agua ya es un problema, se les secó la laguna de donde se aprovisionaban.
Es que el fuego atacó al Madidi por todos los flancos de colindancia, por Rurrenabaque, San Buenaventura, y los territorios indígenas en la zona, justo en un periodo de estrés hídrico.
“Las 30 mil hectáreas quemadas no son solo en la zona de amortiguamiento del parque”, dijo Censano, seguro de que cuando cierren los informes, las cifras serán peores.
Nena Baltazar solo recogió un animal, pero reconoció que hay historias muy fuertes y muy tristes. “La gente comentaba que los monos estaban gritando, gimiendo de dolor, había monos en la copa de los árboles que ardían, y no sabían cómo escapar. Hay escenas muy fuertes, la mayoría de los animales murieron calcinados, sufriendo mucho dolor”, dijo.
Uno de los funcionarios del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) denunció el envío por vía aérea de una veintena de termos con semillas de palma aceitera, una especie cuestionada por los colectivos ambientales.
Según Vos, la palma aceitera está entrando en el oeste del Beni y este de La Paz, y esa es una de las explicaciones de por qué se quema en esta magnitud el monte.
“Claro que va a generar algo de ingresos económicos, como la soya, que abarca buena parte de vegetación natural que antes era bosque”, concluyó.