Por Jorge Añez
El contexto político tiene a dos alas del Movimiento Al Socialismo enfrentadas. La ex presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, estuvo en EL DEBER Radio, para hablar de la reelección de Evo Morales, para explicar por qué el cocalero es blanco de Luis Arce.
:¿Fue sorpresiva la sentencia constitucional que inhabilita a Evo Morales como candidato a la Presidencia?
No había sorpresa en la medida en que nosotros sabíamos que la autoprórroga de los magistrados, con la anuencia del Gobierno Nacional, estaba acompañada de decisiones políticas, entre las cuales está un encumbramiento del órgano judicial por encima de otros poderes; le retira atribuciones de fiscalización a la Asamblea Legislativa; sabotea el proceso previo a las elecciones judiciales y claro, sabíamos que esto era una posibilidad porque fue muy clara la anuencia del Gobierno Nacional en permitir esta prórroga y cometer este este acto arbitrario de ilegalidad e ilegitimidad.
Entonces, ¿cuáles son los resultados reales? Todos nos preguntamos si está o no está habilitado, cuáles son las implicancias si el Tribunal Supremo Electoral llevar adelante las elecciones primarias y debate la habilitación de determinadas candidaturas. Nosotros afirmamos que, en base a lo que dice la propia opinión consultiva e incluso la propia sentencia, que Evo Morales estaría habilitado y que esto sería una operación comunicacional para legitimar en la opinión pública la idea de la inhabilitación.
¿Cómo interpretan la reelección? Dicen que los límites a la reelección representan un medio para reducir el peligro del abuso del poder por parte del jefe del Poder Ejecutivo. ¿Es Evo Morales el jefe del Poder Ejecutivo?
No. En este momento es Luis Arce, es su primer mandato y él puede presentarse a la reelección. Lo está buscando. El condicionante es el ejercicio actual del mandato presidencial. Y también dice que la previsión de la reelección presidencial indefinida sólo restringe la posibilidad de que la persona que se encuentra ejerciendo la presidencia pueda participar en elecciones.
_La sentencia incorpora ‘reelección discontinua’.
No puede una sentencia restringir este tipo de derechos políticos, no puede ser restrictiva.
_¿Esta sentencia contradice a la que hubo en 2017?
No están en el mismo nivel, porque la sentencia de 2017 fue emitida por la Sala Plena y genera jurisprudencia; esta es la decisión de una sala compuesta por dos magistrados. El tema requiere un pronunciamiento del Tribunal Constitucional en el pleno. Lo que sí hace es instalar en la gente una duda razonable. Y yo creo que ese fue el objetivo final, instalar la duda y generar un globo de ensayo: a ver qué pasaba en el país si eventualmente inhabilitaban a Evo Morales.
_¿Qué significa que han encumbrado al Poder Judicial por encima de los otros poderes?
El Tribunal Constitucional no le pregunta la Asamblea ni al Ejecutivo, sino que directamente dice: Ah, se venció el tiempo nos autoprogaremos. No hubo un diálogo de los órganos del Estado; la decisión la tomó de forma autónoma del Tribunal Constitucional por encima de los otros poderes del Estado, aunque cuenta con la anuencia del Ejecutivo. La justicia hoy está por encima del resto de los órganos del Estado.
_¿Cree que Evo Morales es objetivo político de Luis Arce?
Claro que sí, por una razón sencilla, porque el MAS eventualmente está entre el 30 hasta el 40 por ciento de la intención de voto. Y la diferencia entre Evo y Luis es casi matemática, quizás en algunos lugares más Luis, en otros Evo. Y por supuesto que en la interna es un adversario político. Evo Morales está en todo su derecho de plantear dirimir las diferencias políticas a través de un proceso electoral y eso es democracia.
_Cómo ve el rol de los ministros de Gobierno y de Justicia?
Tenía mis observaciones y, al principio cuando todavía existía una mejor comunicación, las hice personalmente. Y de un tiempo a esta parte creo que estos dos ministros intentan encabezar y dirimir la interna política a través del uso de las herramientas represivas del Estado la policía y, por supuesto, también la manipulación de la justicia.