Bolivia cuenta con escenario económico incierto, marcado por una estanflación generalizada en los niveles de precios y un decrecimiento o desaceleración del sistema económico en general. Las nuevas medidas, como el reciente incremento salarial, podrían agravar la situación, generando más inflación y potencialmente conduciendo al cierre de numerosas empresas debido al aumento de los costos.
Así, Dinero consultó con algunos economistas sobre cuál es la mejor opción de inversión entre oro y bitcoin, tomando en cuenta el panorama actual del país.
El economista Juan Fernando Subirana advirtió que la elección dependerá del ‘apetito al riesgo’ que tengan los inversionistas. Comparó que el oro históricamente ha sido un activo de refugio, que ante las incertidumbres o crisis se ha mantenido y ha sobrellevado los niveles de inflación de muchas economías, destacando que es una excelente visualización de activos con poco riesgo porque se puede considerar una inversión similar a un Depósito a Plazo Fijo (DPF).
El oro es considerado un activo refugio, que permite invertir de manera segura. El metal dorado cerró el año 2023 con el pico de $us 2.026. Este año, la cotización de la onza troy de oro inició con $us 2.034 (recórd histórico), según datos recopilados del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Así, Subirana prevé que, a finales del primer semestre del 2024, este activo pueda subir hasta 2.100 dólares la onza.
Para el experto en inversiones, Mauricio Ríos García, el oro está mostrando ser lo que siempre ha sido en los últimos 6.000 años: un activo ‘refugio’ con una extraordinaria propiedad de depósito de valor y con un estupendo comportamiento en un escenario económico global muy difícil de encarar.
Mientras el economista Bismarck Arevilca cree que el oro es la opción más fiable de inversión. “Es un recurso escaso, lo que significa que su valor a largo plazo se mantiene, dado a que su oferta es limitada. Otro factor positivo es que es un metal duradero, que se puede comercializar y es aceptado como moneda en todo el mundo”, señaló.
Como desventaja del oro, Arevilca explicó que el oro no genera grandes dividendos o rentabilidades a comparación del Bitcoin. También añadió que se debe tomar en cuenta el almacenamiento de este metal, ya que debe ser resguardado y generar un costo.
Se populariza el trading
El Banco Central de Bolivia (BCB), en 2021, comunicó que, en el marco de la Constitución Política del Estado, la Ley 1670 y a objeto de evitar riesgos y fraudes a la población, se prohíbe el uso de criptoactivos (monedas digitales o virtuales), al no constituirse en monedas de curso legal.
Sin embargo, a pesar de su prohibición, muchos bolivianos invierten en criptomonedas y es una práctica que se ha popularizado en los últimos años, gracias a la información accesible sobre cómo funciona este mercado.
“Cada vez se está popularizando más el trading como una actividad de generación de ingresos. Todo se debe a la tecnología, que facilita el proceso”, explicó Subirana. “Si yo quisiera comprar un bitcoin a través de un banco local, no lo puedo hacer. Si o sí se tiene que hacer a través de un canal paralelo y desde ahí empezar a armar la cartera de criptoactivos afuera”, argumentó.
Asimismo, destacó que el bitcoin es un mercado cripto que se supera constantemente (el año pasado superó el 160%). Según su perspectiva, es interesante porque tiene rentabilidades que se superan. Considerando posiblemente las tendencias al alza y las visiones de apetito de riesgo, compartió que muy probablemente la balanza se inclina un poco más por el lado de los criptoactivos. “El problema es que es muy volátil: puede subir como también bajar”, explicó.
Mientras que Ríos García, señaló que la inversión en Bitcoin puede ser más riesgosa para un ‘boliviano que vive en Bolivia’, ya que tiene que defenderse de la inflación local y realizar transacciones comerciales ante la escasez de divisas en el país. Sin embargo, reconoció que es útil como activo de especulación a corto plazo.
Arevilca coincide en que, en Bolivia, el bitcoin es un tema complicado porque no tiene un mercado como tal, no hay una entidad en la que se puede hacer una comercialización. Sin embargo, rescató tres ventajas de su uso: no está controlada por ningún gobierno o entidad financiera, es descentralizada; las transacciones son rápidas, seguras y de bajo costo; y las inversiones son anónimas.
¿Y a la hora de invertir?
En cuanto a las opciones de inversión, Subirana evaluó el oro y el Bitcoin. “El oro yo lo vería como una medida, un activo de ahorro en largo plazo, mientras que el Bitcoin podría ser una medida de generación de rentabilidad, no instantánea, pero si quisiera invertir y tener su patrimonio asegurado en un largo plazo, probablemente va a descantarse por buscar oro u otros minerales similares”, señaló.
Subirana también sugirió que, dentro del contexto local, las inversiones asociadas a bolivianos (Bs) y DPF en algunos bancos podrían considerarse relativamente seguras. Sin embargo, advierte que la calificación de riesgo de Bolivia ha disminuido significativamente desde 2023, situándose en una categoría C1, lo que dificulta que sea atractivo para los inversores comparado con países vecinos como Chile o Brasil.
Para el analista financiero Ríos García, todo responde primero a los objetivos del inversionista: ¿por qué y para qué invierte?, ¿cuál es su perfil de riesgo? Sin embargo, cuando se invierte en este tipo de activos hay que tener en cuenta que se lo hace más en función de lo que sucede con la coyuntura económica global y local.
“Ambos son muy volátiles y no es recomendable invertir en ellos mientras no conformen parte de un portafolio de inversión compuesta por otros activos más con los cuales construir una estrategia más robusta” explicó Ríos García y enfatizó que no son de fácil acceso para ciudadanos residentes en Bolivia si no cuentan con cuentas bancarias y más aún de brokeraje en el extranjero. Y Subirana hizo hincapié en la importancia de diversificar las inversiones.