En la gestión legislativa liderada por el presidente de la Cámara de Diputados, Israel Huaytari, se aprobaron leyes que viabilizan un financiamiento de 1.882 millones de dólares para obras de infraestructura en distintas regiones del país. Los fondos se destinarán principalmente a proyectos viales, de electrificación y de integración urbana.
Entre los proyectos destacados, Cochabamba se beneficiará con la construcción de la doble vía Caracollo–Colomi, mediante una adenda al contrato de préstamo aprobada por el Proyecto de Ley 079, que incrementa el financiamiento hasta $us 176 millones.
En el ámbito de integración urbana, el Proyecto de Ley 312, que asegura 30 millones de dólares, respaldará el desarrollo de un parque lineal en La Paz y El Alto.
Santa Cruz, por su parte, contará con dos proyectos viales significativos. Uno de ellos es la construcción del camino Norte integrado – Yapacaní, por 35 millones de dólares, y el otro es el proyecto para pavimentar el camino en Faja Norte (Yapacaní), que contempla un financiamiento de 56 millones de dólares.
Por otro lado, el Proyecto de Ley 254 permitirá ampliar la cobertura de electricidad en áreas rurales a través del Programa de Electrificación Rural III, con un presupuesto de 200 millones de dólares. Además, el convenio 9611-BO destina $us 125 millones al proyecto de “Mejora del acceso sostenible a la electricidad en Bolivia”.
En comparación con las gestiones anteriores, la actual legislatura canalizó el mayor monto de financiamiento, superando los $us 1.679 millones aprobados bajo la presidencia de Jerges Mercado en 2022-2023 y los $us 1.202 millones gestionados en 2021-2022 con Fredy Mamani.
Críticas a su gestión
A pesar de estos avances, legisladores tanto de la oposición como del Movimiento Al Socialismo (MAS) expresaron su descontento con la gestión de Huaytari, calificándola de “nefasta y sumisa al Ejecutivo”. Durante su mandato, la Cámara enfrentó constantes conflictos internos que incluyeron agresiones físicas y verbales, que, según diputados, reflejan una falta de liderazgo y coordinación en el Legislativo.
“No hubo capacidad de generar diálogo ni de construir consensos”, señaló Enrique Urquidi, de Comunidad Ciudadana (CC), quien atribuye la falta de institucionalidad a las divisiones internas en el MAS. Desde Creemos, Erwin Bazán calificó la gestión de Huaytari como “mediocre” y criticó la supuesta subordinación al Gobierno, lo cual, según él, anuló la independencia de la Cámara de Diputados.
Diputados de ambas bancadas recordaron que durante la gestión de Huaytari se produjeron enfrentamientos físicos en cuatro ocasiones, con episodios de golpes y jalones entre parlamentarios. Según los legisladores, estos conflictos reflejan la crisis interna del MAS y la falta de unidad en temas importantes como la prórroga de los magistrados judiciales.
Patricio Mendoza, diputado del MAS y cercano al ala “evista”, también se mostró crítico. “Huaytari ha sido servil a Arce; su gestión fue pésima y solo buscó aprobar créditos para el Ejecutivo”, declaró. Mendoza agregó que las peleas internas en el MAS y la falta de respeto a la institucionalidad afectaron la imagen de la Cámara.