«Denunciamos ante la comunidad internacional que un nuevo golpe de Estado se está gestando en el Estado Plurinacional de Bolivia, dirigido por el expresidente Evo Morales, con el propósito de acortar el mandato del presidente Luis Arce y habilitarse una vez más como candidato, pese a que la Constitución Política del Estado se lo prohíbe», escribió la canciller boliviana, Celinda Sosa, en sus redes sociales.
En el post, Sosa se refirió a las supuestas intenciones de Morales con su marcha:
«Esta marcha luego se convertirá en un bloqueo nacional de caminos, como él lo advierte en su pliego petitorio. Este bloqueo tiene el objetivo de asfixiar económicamente al pueblo boliviano y generar convulsión social y forma parte de la estrategia para derrocar al actual Gobierno democráticamente elegido, con más del 55% de los votos».
Por otro lado, Sosa fue explícita al rechazar lo que denominó el «plan antidemocrático del expresidente Morales», mientras que ratificaba su «posición en defensa de la vida, la democracia y los intereses del pueblo boliviano».
Este martes 17, Evo Morales junto a simpatizantes suyos iniciaron una marcha desde Caracollo, cuyo destino final es La Paz. Entre otras cosas, demandan la convocatoria -adelantada- a elecciones presidenciales; pero también rechazan la crisis económica que vive Bolivia; por ello, la han llamado la marcha «para salvar el país», mientras que desde el gobierno se han referido a esta como la «marcha de la muerte».