En un giro desalentador para la esperanza de mejorar la atención oncológica en la región, Wilfredo Vidal, ex cívico, y Diego Ruiz, miembros del Comité Ciudadano Impulsor para la construcción del Oncológico de Tarija, en las ultimas horas han levantado la voz para denunciar el estado de parálisis total en que se encuentra este proyecto vital para la salud de los tarijeños.
La inspección realizada por los miembros del comité reveló un panorama desolador: el sitio destinado para la edificación del centro oncológico se encuentra en un estado de abandono, sin señales de actividad constructiva, y lo que es peor, con estructuras que se desmoronan ante la mirada indiferente de las autoridades. Este estancamiento en el desarrollo del proyecto no solo significa un retraso en la infraestructura sanitaria de la región, sino que también representa un duro golpe a las familias que ven cómo sus seres queridos deben emprender viajes onerosos en busca de tratamiento médico especializado lejos de casa.
El llamado de Vidal y Ruiz no es solo un eco de frustración, sino una demanda clara a las autoridades y a la sociedad tarijeña para que se tome cartas en el asunto y se reanime la construcción de esta instalación tan necesaria. El abandono del proyecto es un reflejo de la dejadez que no puede tener cabida cuando la salud y la vida están en juego.
La Secretaría de Obras Públicas y el parlamentario Adrián Vega han sido reconocidos por su apoyo en las tareas de fiscalización ciudadana y por compartir la preocupación del comité. Sin embargo, a pesar de estas alianzas, el progreso tangible es inexistente. El comité cuestiona la postura de la gobernación que justifica la inacción con argumentos de judicialización y otros, percibidos como excusas que no atienden la urgencia del problema.
En un acto de desesperación y esperanza, el Comité Ciudadano Impulsor ha extendido una solicitud directa al presidente Luis Arce, instándolo a utilizar su influencia para reactivar el proyecto oncológico. La falta de buena voluntad por parte de las autoridades locales y el silencio del gobernador sobre el tema son señales de alerta que no pueden ser ignoradas.
Mientras Tarija cuenta con eventos de esparcimiento como carreras de caballos, la ausencia de equipos médicos esenciales, como un tomógrafo para el tratamiento oncológico, es una paradoja que revela desorden en las prioridades de la región. El pueblo de Tarija merece más que promesas vacías; merece acciones concretas que reflejen un compromiso real con su bienestar.
El Comité Ciudadano Impulsor y los tarijeños afectados hacen un llamado a la unidad y a la acción colectiva para que el Centro Oncológico sea más que un proyecto en papel, y se convierta en una realidad tangible que brinde esperanza y salud a quienes más lo necesitan.