El primer y único satélite que tiene Bolivia en el espacio, el Túpac Katari (TK-1), cumplirá 10 años en órbita desde que fue lanzado el 20 de diciembre de 2013 y le quedan entre cinco a seis años de vida útil. Para ejecutar este proyecto el Estado invirtió 2.100 millones de bolivianos; hasta la fecha recuperó 1.700 millones, es decir el 80%.
El director de la Agencia Boliviana Espacial (ABE), Iván Zambrana, entidad que está a cargo del TK-1, informó a EL DEBER que el satélite de telecomunicaciones boliviano recuperará la inversión en los próximos dos años, si es que la facturación por los servicios se incrementa.
“Si el costo del proyecto era de 2.100 millones de bolivianos estamos hablando de que nos quedarían unos 400 millones de bolivianos para cubrir –con los ingresos- el costo del proyecto”, precisó Zambrana.
“Este año que vamos a cerrar la facturación va a llegar a Bs 280 millones, de modo que esos 400 millones sería cosa de dos años más aproximadamente, y como el satélite va a tener un periodo de vida entre cinco y seis años, estamos en muy buen camino para cubrir los costos que va a tener el proyecto”, agregó. Es decir que a lo sumo, funcionará hasta 2029, fecha en que se acabará su “combustible”.
El TK-1 o TKSAT-1, fue lanzado desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Xichang en China en la segunda gestión de Evo Morales. Es controlado desde las estaciones terrenas de Amachuma, en La Paz y La Guardia en Santa Cruz y se encuentra a una altitud orbital es de 36 mil kilómetros.
“Es una máquina de altísima complejidad, es una nave espacial que tiene una misión de volar en el espacio durante 15 años”, explicó Zambrana. Los principales servicios que brinda en la actualidad es de televisión satelital e internet y, según Zambrana, tiene una cobertura del 98% del territorio nacional.
“Prácticamente tenemos cubierto nuestro país con servicios y estos cinco años, vamos a profundizar en este objetivo”, aseguró Zambrana.
¿Y qué pasará cuando este equipo tecnológico concluya su ciclo? El gobierno perfila “un nuevo satélite boliviano” de telecomunicaciones, aunque no habla de un proyecto concreto y menos del costo de inversión.
“Luego del primer satélite, tendremos que pensar en uno siguiente porque no podríamos vivir sin una solución de conectividad para las áreas remotas del país”, señaló el funcionario. Pero también existe la posibilidad de contratar los servicios de un satélite de comunicación de otro país.
Un año después del lanzamiento del TK-1, el gobierno pensó en poner en órbita un segundo satélite boliviano, pero esta vez de observación o prospección, no obstante. el plan fue pospuesto sin fecha porque desde 2014 empezó la caída de ingresos de la renta del gas.
Costos
El Estado invirtió un total de 2.101 millones de bolivianos para la ejecución de este proyecto. De ese monto, 1.736 millones provienen de un crédito externo y el Tesoro General de la Nación cubre las obligaciones de ese crédito. En ese marco, “la ABE debe transferir sus excedentes hasta cubrir el monto total del préstamo”.
Un año después que el TK-1 se puso en órbita, el equipo empezó a facturar por los servicios de comunicación. Según datos de la ABE, en 2014 tuvo ventas por 41 millones de bolivianos; en 2015 el ingreso fue de 130 millones; en 2016 facturó 179 millones; en 2017 logró 176.5 millones de bolivianos; en 2018 tuvo 177.7 millones de bolivianos.
En 2019 facturó 172 millones de bolivianos; en 2020 logró una cifra similar en ventas con 172.5 millones; en 2021 se incrementó a 177 millones; en 2022 ascendió a 221.6 millones de bolivianos y este año, hasta la fecha, la ABE facturó por los servicios de telecomunicaciones del TK-1 la suma de 260 millones de bolivianos, considerada la más alta y haciendo un total de 1.708.551.113.92 bolivianos.
En cuanto a los servicios, según datos oficiales, la ABE pagó en 10 años, 252 millones de bolivianos en impuestos, 12,9 millones de bolivianos en energía eléctrica. También gastó119.792.910 bolivianos para pagar sueldos.
Punto de Vista
El TK-1 tiene rendimiento aceptable
Por: Clifor Paravicini / Experto en telecomunicaciones
Siempre es bueno tener un sistema independiente de telecomunicaciones en razón a que hay puntos del país donde la comunicación es cero. Es un país muy extenso y muy deshabitado y el propósito esencial es que el satélite tuviera estaciones terminales en las fronteras para la Policía, la Aduana, el Ejército, el sistema de educación, de salud entre otros.
Yo creo que el rendimiento del satélite Túpac Katari ha sido aceptable (…) el proyecto es rentable, es útil y es propicio. La Agencia Boliviana Espacial es la única empresa (estatal) que tiene superávit.
Ahora después de los 15 años de funcionamiento del satélite, éste ya no va a funcionar, así son los satélites. Y eso es un misterio. Hay estaciones orbitales para transponer astronautas, pero nunca han podido hacer un sistema para el recargo de baterías (de los satélites) que tienen un periodo de vida de 15 años, después de ese tiempo (el equipo) va muriendo.
Hasta que eso pase hay opciones. Se puede tomar en cuenta las estaciones terrenas que se tiene y se puede comprar antenas de microondas que es más eficiente y más rápido que el satélite.
Ya no hay que comprar otro satélite, en vez de eso se puede alquilar una señal satelital que nos sale más económico porque ya van a ser menos estaciones y menos poblaciones (que cubrir).