“El quinquenio 2016-2020 se ha visto afectado por varios factores que influyeron en resultados individuales diversos, no pudiendo asegurar una evolución sostenible de las empresas y unidades productivas, generando cuestionamientos sobre su viabilidad”, se resume en el estado de la situación actual de la corporación.
El diagnóstico está plasmado en el Plan Estratégico 2021-2025, de la Corporación de las Fuerzas Armadas para el Desarrollo Nacional (Cofadena), que fue creada como Empresa Pública Descentralizada mediante Decreto Supremo Nº10576 en 1972, y a la que en décadas posteriores se fueron agregando otras unidades de negocio.
En el mismo documento se reconoce que, si bien en años anteriores, particularmente hasta 2012, se vivió un periodo de auge económico, la mala toma de decisiones ocasionó que desde la gestión 2013 comience una tendencia descendente.
Paradójicamente, este decremento de las ganancias inició cuando las operaciones de Cofadena estaban en el pico más alto de rendimiento, con “prácticamente Bs 30 millones en utilidades, producto de inyecciones económicas para la reactivación de Cofadena mediante proyectos de ensamblado de tractores y adquisición de maquinarias de perforación”, explica el documento.
Unidades productivas
Entre las empresas y unidades de negocio, Cofadena cuenta aproximadamente una docena de emprendimientos.
Se trata de la Fábrica Boliviana de Municiones (FBM); Empresa Nacional Automotriz (Enauto); Unidad de Producción Agrícola Bermejo (UPAB); Unidad de Explotación de Recursos Hídricos (UERH); Unidad Ganadera Campo 23 de Marzo (Ugc23m); Unidad Ejecutora de Proyectos de Infraestructura e Ingeniería (Uepii); Unidad Productiva Cofadena-Maquinaria (UPCM); Unidad Productiva Minera (UPM); Unidad Productiva Cofadena-Hormigones (UPCH); Fábrica Nacional de Explosivos y Accesorios S.A.M (Maxam-Fanexa SAM); y Química Básica Boliviana S.A.M. (Quimbabol $.A.M.)
En el caso de la oficina central de Cofadena, dentro de la cual se contabilizan tanto la actividad minera (UPM) como el alquiler de maquinaria y equipo (UPCM), para 2019 los resultados son negativos, igual que en 2020. “Este resultado refleja una serie de desafortunadas decisiones en los últimos años”, dice el informe sobre 2019.
En cuanto a la Fábrica Boliviana de Munición (FBM), salvo 2017, los resultados han sido todos negativos.
“Al igual que en el periodo 2011-2015, esta empresa muestra un comportamiento totalmente deficitario, situación que obliga a una consideración sobre su viabilidad en cuanto a condiciones de mercado, alianzas estratégicas, mercados potenciales, competencia existente y compromiso gubernamental para asegurar o no su funcionamiento”, indica el texto.
Para la Empresa Nacional Automotriz (Enauto), el periodo analizado no ha sido de buenos resultados. Los años 2016, 2017 y 2020 presentaron déficit.
“Problemas de mercado, la no competitividad en costos y la poca claridad del enfoque y razón de ser de la empresa condicionan fuertemente la viabilidad de la misma y su existencia a futuro. Será importante que Cofadena analice profundamente la continuidad o no de la empresa”, sigue en la misma línea el diagnóstico.
En la Unidad de Explotación de Recursos Hídricos (UERH) se aprecia que el periodo 2011-2015 ha sido de ajuste y posicionamiento, mientras que 2016-2020 presenta resultados interesantes con utilidad, pero no en gran medida. Sin embargo, los resultados han sido decrecientes entre 2017 y 2020, generando el último año una pérdida que es superior a la utilidad acumulada entre 2016-2019.
El diagnóstico reconoce que la UERH es de muy reducida actividad. Sin embargo, la realidad de las sequías en el país podría ser oportunidad.
En la Unidad Productiva Agrícola Bermejo (UPAB) se presentó utilidad en cada gestión, estas fueron en decremento, principalmente debido a problemas de realización de zafra y venta de caña de azúcar para el ingenio privado, “por motivos laborales internos de esa empresa, lo que obliga a que la UPAB prevea no tener tanta dependencia de ese cliente”.
Con el reto de diversificación de la UPAB, esta ingresó en la producción, cosecha y venta de cítricos y moringa, que representan aún un muy pequeño porcentaje de las ventas totales.
La Unidad Ganadera Campo 23 de Marzo (Ugc23m) presenta leves utilidades en 2016 y 2018, y en el periodo restante ha tenido pérdidas importantes.
“Esta unidad ha recibido fuerte apoyo económico para su posicionamiento y operación, motivo por el cual son contradictorios los resultados alcanzados. Siendo el rubro bastante interesante y con rentabilidades expectantes, Cofadena deberá realizar un exhaustivo análisis del modelo de negocio actual, así como los mecanismos de control interno, para establecer su futura forma de operación, toda vez que la competitividad del mercado es atractiva y se cuenta con las condiciones para realizar una operación que brinde utilidad y réditos, no sólo financieros sino económicos”, recomienda el diagnóstico.
La Unidad de Ejecución de Proyectos de Infraestructura e lngeniería (UEP/1), que cuenta con profesionales en la materia ha tenido un importante resultado en 2018 por la realización de proyectos de envergadura. Sin embargo, para 2019 y 2020 los resultados fueron menos prometedores, principalmente por la “falta de definición e impulso para realizar nuevos proyectos de magnitud”.
Si bien el informe indica que en el quinquenio 2016-2020 el personal de Cofadena, tanto civil como militar, no tiene variaciones significativas, este reconoce que la falta de personal militar es reemplazado por el civil, que responde a necesidades coyunturales.
En las tablas se muestra que hay un leve incremento de personal en las distintas gestiones, a pesar del déficit, que ha oscilado entre 261 y 327. El número más alto de funcionarios se registró en 2019.
Asimismo, en todas las gestiones del quinquenio, el número de civiles supera, de lejos al militar.
Riesgos y amenazas
Entre los riesgos más altos dentro de la corporación están los de gestión de la información, planificación y competitividad. Paradójicamente, entre las demandas para la mejora está la contratación de más personal.
Entre otras cosas, se apunta a un incumplimiento de objetivos de planificación y desarrollo organizacional, de cronogramas por falta de acceso a la información oportuna, por la constante rotación de personal y por la situación de las empresas. También se reconoce que no hay eficacia en los procesos.
Otras razones para ingresos mesurados, e incluso pérdidas, citados en el diagnóstico, son: la reinversión en las mismas unidades y nuevos negocios y proyectos; y el fortalecimiento y aporte al bono Juancito Pinto.
Según lo detallado en el Decreto Supremo Nº 5031, de septiembre de 2023, Cofadena aporta a este subsidio con Bs 7 millones.
Cuestionada minería
Entre varios negocios, Cofadena tiene una Unidad Productiva Minera (UPM) que administra 206 cuadrículas sobre los ríos Mapiri y Kaka, en la zona Alto Mapiri.
Un cuestionamiento reciente tuvo que ver con el arriendo de esas cuadrículas a privados, y en desmedro del medioambiente, debido al uso del mercurio en la minería del oro en ríos. A esa razón se atribuyó que las FFAA no desalojen a los mineros ilegales en esa zona, a pesar de una orden de juzgado agroambiental.
Los militares respondieron que solo acatarían órdenes del presidente Luis Arce, quien tampoco ha dado señales, ni siquiera luego de varios informes sobre el mercurio que causó daño a seis pueblos indígenas, y manifestaciones públicas del relator de las Naciones Unidas.
Hace cuatro años, cuando Cofadena trató de montar una empresa minera de oro en el norte de La Paz, el entonces ministro de Defensa, Javier Zavaleta, objetó la propuesta, aduciendo riesgos y factibilidad económica irresuelta.
Hace poco, los cooperativistas mineros, en sus plataformas digitales, amenazaron a los militares con pedir la reversión de las cuadrículas si estos incursionaban en la minería del oro. A pesar de eso, los mineros participaron en los 50 años de Cofadena, celebrados a fines del año pasado.
El diagnóstico 2016-2020 y plan estratégico 2021-2025 reconoce, entre los actores, a las federaciones y organizaciones sociales, con los que la Corporación coordina actividades y admite que ejercen control social sobre las acciones y gestión empresarial de Cofadena.
Razón de ser
“Ser la corporación nacional referente en el país, con presencia nacional e internacional y con participación activa en los sectores estratégicos, reconocida por sus valores y su aporte al desarrollo nacional y bienestar de la sociedad”, dice la visión de Cofadena, que en varias partes habla del bienestar social.
Sin embargo, un informe de la Defensoría del Pueblo verificó que las actividades mineras desarrolladas por la empresa minera Mario Orihuela en un área cedida por Cofadena, en Guanay, vulneraban el derecho a un ambiente sano de la Comunidad Indígena Leco Santa Rosa, y afectaban los derechos al agua, vida, salud, alimentación adecuada, vivienda y educación. La Defensoría demandó a las autoridades nacionales tomar las acciones de seguimiento, control y fiscalización de la actividad para garantizar el ejercicio de los derechos vulnerados.
Asimismo, solo en 2016 más de 10 casos de corrupción mancharon a las FFAA y provocaron millonario daño al Estado.
EL DEBER buscó contraparte de la gerencia de Cofadena y en la Dircom del Ministerio de Defensa, pero no obtuvo respuesta.