El Grupo Empresarial Valdivia, liderado por el exdiputado del Movimiento Al Socialismo (MAS) y próspero empresario Juan Valdivia, ha adquirido el 100% de las acciones de la Editorial Canelas, casa matriz del diario Los Tiempos de Cochabamba.
Este hecho se da un año y tres meses después de que los directivos del rotativo denunciaran una “campaña de asfixia económica y presión política” por parte del Gobierno y del propio Valdivia, que era socio minoritario en ese entonces. Según una nota publicada en el sitio web de este diario, la encargada de confirmar esta información a los trabajadores fue Luz Marina Canelas Arze, una de las exaccionistas y directora del periódico, quien continuará en el cargo mientras dure el periodo de transición.
Además, la nueva administración se comprometió a respetar los derechos laborales de los trabajadores, pagar los sueldos adeudados y aportes de jubilación, y otros beneficios sociales que se hallaban con retrasos.
La publicación de Los Tiempos también señala que “el trabajo periodístico no tendrá variaciones en su calidad informativa y el pluralismo de sus contenidos”.
Sin embargo, esta afirmación contrasta con las denuncias que hizo el directorio de Editorial Canelas en agosto de 2022, cuando alertó que el propósito de la campaña de asfixia y presión era “apoderarse” del medio con un mínimo pago y convertirlo en “una caja de resonancia del poder”.
Entre las acciones que sufrió el periódico se encuentran la exclusión de la pauta publicitaria estatal, dispuesta desde hace años para asfixiar económicamente al periódico, los controles impositivos permanentes, que son poco usuales, la intervención de la Autoridad de Fiscalización de Empresas atribuyéndole deudas multimillonarias, y las acciones “infundadas” de la justicia, que obstaculizaron la venta de sus bienes improductivos
Reacciones
La compraventa de Los Tiempos ha generado reacciones en el ámbito periodístico y en la sociedad civil, que ven con preocupación el avance del oficialismo sobre los medios de comunicación independientes.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) expresaron su preocupación y rechazo a toda forma de coacción al funcionamiento de las empresas periodísticas, y respaldaron las denuncias de Los Tiempos.
Marco Zelaya, exjefe de Redacción de Página Siete, otro medio que sufrió presiones del Gobierno y cesó operaciones, manifestó que con el traspaso de Los Tiempos a Valdivia, de filiación masista, la ciudadanía pierde un diario independiente más y es un golpe al derecho a la libertad d e expresión. “Sin libertad de expresión no hay democracia. Una sociedad que no está bien informada no es plenamente libre”, dijo Zelaya.
EL DEBER contactó a Juan Valdivia, quien rechazó alguna declaración sobre la compra del mencionado medio de comunicación.
Para Roberto Méndez, miembro del directorio de la Asociación de Periodistas de Santa Cruz, la compra del periódico Los Tiempos por el Grupo Valdivia, afín al MAS, marca una nueva derrota para la prensa independiente en Bolivia y en especial para la sociedad boliviana que necesita tener medios de comunicación fiscalizadores del poder.
“Una nueva derrota que se suma a la puñalada por la espalda que sufrió el periodismo boliviano con el cierre del periódico paceño, Página 7, que se había convertido en la piedra en el zapato del gobierno socialista, primero de Evo Morales y luego del actual presidente Luis Arce”, precisó.
Pero también asegura que “marca una victoria que se anota el Movimiento al Socialismo que desde el ingreso al poder se concentró en la toma del control de los medios de comunicación que podrían ser contestatarios a su gestión y por esa causa compró periódicos como La Razón y las cadenas de televisión ATB y PAT, de manera abierta y que tienen en Bolivia Tv, al aparato propagandístico del oficialismo, en vez de ser un medio independiente como sucede en países europeos; por ejemplo, donde sirven fundamentalmente a la sociedad y dan cobertura a moros y cristianos”.
Méndez señala que con esta nueva estocada la libertad de expresión queda cada vez más restringida y con un Estado, que en su versión socialista, va a continuar desarrollando la tendencia hacia un pensamiento único que tiene como aliados a guerreros digitales, asfixia con la pauta publicitaria, impuestos, licencias y restricciones a los medios independientes y la cooptación de algunos medios digitales, entre los que se ha denunciado aparecen supuestos empresarios de comunicación vinculados directamente al Órgano Ejecutivo.