Para el dirigente Vicente Choque, si el Gobierno decide intervenir el Trópico para capturar a Morales, tendría que asesinar a más de 1.000 personas.
Desde el Trópico de Cochabamba y resguardado por sus leales, el expresidente Evo Morales, sobre el cual pesa una orden de aprehensión por el bullado caso trata de personas, fue contundente y aseguró que no abandonará el país ni traicionará al proyecto político de izquierda que lidera.
“No abandonaré Bolivia ni traicionaré al pueblo y al único proyecto nacional de izquierda que construimos para lograr una mejor vida de los bolivianos, defender nuestros recursos naturales y no permitir que sea pisoteada nuestra soberanía y dignidad”, escribió ayer Morales en sus redes sociales.
Por el contrario, a través de otra publicación difundida minutos después, aseguró que se encuentra “fortalecido” y “luchando día a día para presentarle a Bolivia una opción electoral”.
EVO, EN LA MIRA
El expresidente no escatimó denuncias contra la administración de Luis Arce y adelantó que, a pesar de que el Gobierno impidió, “bajo amenazas”, que neumólogos y cardiólogos revisen su estado de salud, mientras padecía “bronquitis, hipertensión aguda y bradicardia”, hoy se encuentra fortalecido.
Para el expresidente, este acto no es aislado, ya que el pasado 27 de noviembre de 2024, policías dispararon al vehículo donde se trasladaba en el Trópico.
“No olvidaremos que el Gobierno organizó un atentado valiéndose de efectivos policiales e instalaciones militares para disparar contra los vehículos que me trasladaban”, sumó el expresidente al respecto.
Los escritos de Morales tienen lugar tras que el 17 de enero, el juez Nelson Rocabado declaró en rebeldía al líder cocalero, ordenó el congelamiento de sus cuentas bancarias y emitió una orden de aprehensión en su contra, debido a que este no se presentó a declarar por segunda vez a su audiencia celebrada en Tarija.