Siete diputados del MAS hicieron una Petición de Informe Escrito (PIE) al director ejecutivo de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosque y Tierra (ABT), Luis Roberto Flores Orellana. En varias de las 22 preguntas aluden al problema de exportación de madera y sustancias controladas.
En 2023, los hallazgos de cocaína en madera fueron noticia por lo menos media docena de veces, sumando aproximadamente tres toneladas de droga decomisada, lo mismo que fue decomisado en los 12 años anteriores, bajo la misma forma de operar.
En entrevista con EL DEBER, el ex ministro de Gobierno, Carlos Romero, habló del incremento de esta modalidad, como la posible rearticulación de una banda que había sido llevada a la cárcel anteriormente.
Asimismo, indicó que hay gente de los ámbitos político y empresarial dentro de esta forma de operar del narcotráfico, y apuntó a que gran parte del material donde se camufla la droga sale de la Chiquitania. Además, cree inconcebible que, hasta ahora, no se hubiera encontrado el origen de este problema. Para la exautoridad, basta con seguir el origen de la madera.
– ¿Por qué cree que siete diputados del MAS hicieron una PIE al director ejecutivo de la ABT?
Viniendo de quienes viene, pienso que la PIE más bien está dirigida a extorsionar al encargado de la ABT; seguramente para que readecúe sus cuotas de poder, etc. Tal vez habrán puesto, para maquillar, algo de narcotráfico; porque es obvio que es inconcebible no saber quiénes son los responsables de los envíos de droga hasta ahora; es una tarea demasiado sencilla: quienes han pedido planes de manejo forestal.
La droga no se adhiere a cualquier tipo de madera, tiene que ser especial, con estructura bastante fragmentada; no en cualquier lugar se hace el proceso de laminado, hay que ver los talleres que pueden contarse con los dedos de la mano.
Esa investigación debería hacerse con bastante anticipación; lo novedoso es que la Policía encuentra droga en madera en el último año, porque la droga en madera siempre ha caído afuera, en Europa, en Chile varias veces, pero nunca dentro de Bolivia. Y obviamente que aquí está metido un pseudo empresario, el hijo de una alta autoridad política y un personaje involucrado en (la ley) 1008.
– ¿Hoy existen más casos de droga en madera que antes?
Evidentemente en esta última época se ha desmantelado la estructura de control de estos envíos de droga en madera, puesto que antes se había trabajado con Interpol y Naciones Unidas, y fueron los envíos de droga en madera los que inspiraron el establecimiento de dos programas por parte de Estados Unidos: el de control de contenedores en Charaña, y el de escáneres del Programa AirCop en Viru Viru y, precisamente, un envío dirigido nos permitió establecer toda la trazabilidad de la madera y de la droga adherida a la madera, desde la Chiquitania cruceña hasta llegar a Bruselas (Bélgica), y su posterior distribución a mercados europeos y africanos.
Ese envío controlado forma parte de los informes clasificados de las Naciones Unidas y ha sido uno de los operativos más exitosos. Por lo menos una docena de personas fue encarcelada, como producto de ese operativo, y obtuvieron su libertad en 2020.
Es, básicamente, la misma organización la que se ha rearticulado y que está operando -desde mi punto de vista, con protección estatal- y, obviamente, nosotros tenemos muchos cargamentos voluminosos de droga que han caído en Hamburgo (Alemania), Polonia; por lo menos cinco veces en Chile, y los volúmenes son realmente cuantiosos y escandalosos.
Por supuesto estamos hablando de la misma organización criminal que tiene este mismo modus operandi, que trabaja básicamente con las mismas rutas. Y, si la Policía Boliviana ha operado el 5 de enero sobre un supuesto cargamento de 8 toneladas, que es irrisorio -porque están contemplando en el pesaje, el peso de toda la madera, ya que la droga va adherida a esta madera-, pero además estamos hablando de una droga que ha sido cristalizada en Santa Cruz, y que ha sido introducida en madera en alguna laminadora que opera en Santa Cruz de la Sierra o en San Ignacio de Velasco; pero además el Gobierno rápidamente ha pasado la página.
Yo más bien creo que este ha sido un operativo de extorsión, porque no han cumplido con sus pagos de cobertura, y rápidamente han retirado el tema de los medios de comunicación y estos dejaron de informar de una investigación al respecto. Yo celebro que ustedes le den continuidad. Las fuentes policiales hablan de nombres muy concretos y que tienen una notoriedad pública.
– ¿Por qué en la PIE los diputados mencionan al vicepresidente de la Cámara Forestal, Diego Justiniano?
Dice el refrán que: “cuando el río suena es porque piedras trae”.
– ¿Por qué se ha enfocado el ministro Eduardo Del Castillo en el Chapare?
Está distrayendo. El Gobierno está desesperado, porque no quiere que se le caiga el Tribunal Constitucional Plurinacional, porque han hecho muchas fechorías con este. Lima ha hecho grandes negocios con esta instancia, dañando económicamente al Estado, como en los casos: de City Bank, de la empresa petrolera, de la que ahora no recuerdo el nombre, y en varios otros casos, en los que ha hecho perder millones de dólares al Estado boliviano. Y seguramente el bufete de Lima ha ganado muchísimo dinero.
Obvio que están preocupados por la presión en Sucre; quieren cambiar la agenda mediática, pero también quieren desviar la atención de este caso de Santa Cruz, específicamente, porque si les interesara realmente desmantelar los grupos que operan en el Chapare, por qué ellos mismos han ordenado la exfiltración de la fábrica de Valle Sacta, cuyas dimensiones eran mayores que la del caso de Noel Kempff Mercado -cuando se produjo la muerte de nuestro científico boliviano-, más grande que Huanchaca.
No les creo que estén luchando contra el narcotráfico porque ordenan un operativo de exfiltración en el Chapare, protegen a Marset, no encuentran a ningún capo de la droga; a los policías involucrados en narcotráfico más bien los premian; salen los audios con el operativo de exfiltración y resulta que no cae nadie; envían media tonelada desde Viru Viru a Barajas, y en un feriado de Todos Santos liberan al jefe de seguridad de Viru Viru, etc.
– ¿Existe la posibilidad de que se quiera distraer la mirada de la Chiquitania para ponerla en el Chapare?
Sí, definitivamente. La línea viene desde Beni, va a la Chiquitania y se conecta a Brasil, al PCC.
Las muertes de dos capos del narcotráfico, de repente no se las ha dimensionado en su verdadera magnitud, pero uno de los operadores del narcovuelo de Guayaramerin que cayó en México, en la época de Jeanine Añez, que apellida Rivero, tenía un apodo que no recuerdo, era uno de los pesos pesados del narcotráfico del Beni. Y el otro operador era este ‘Chicho’, que fue muerto a tiros por San Matías; este personaje es el que estaba ‘coimeando’ al ex ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Characayo, para que legalice algunas tierras, que eran de interés de narcotraficantes.
Entonces existe por ahí todo un circuito que involucra a gente del Beni, de la Chiquitania, que tiene nexos con Brasil. Si vemos lo que ha pasado con la Chiquitania, donde se ha encontrado un helicóptero operando, narcos movilizados en Beechcraft, el caso de la Chiquitania es grave; si vemos son 12 sicariatos solo en el último año en San Matías.
Todo eso está perfectamente interrelacionado y hay dos zonas en la Chiquitania, donde no ingresa la Policía. No porque no tenga capacidad, sino porque está prohibida, Las Petas y El Tuná, y ahí se habla de que operan laboratorios que tienen protección directa de altas autoridades del Gobierno boliviano.
Es terrible lo que pasa y todo tiene que ver con tráfico de madera, de drogas, de armas, de influencias, conexiones al PCC de Brasil.
– ¿Qué opina de los puntos de control en Bajo Paraguá?
Creo que son distractivos, esto está totalmente rebasado. Que haya una disposición real de luchar contra el narcotráfico, no la hay por el momento.
– ¿Por qué ha empeorado la relación droga-madera?, ¿por qué eligieron ese modo de operar con mayor fuerza?
– Insisten en este modo de trabajar porque son los mismos operadores, no han caído, tienen éxito aquí, y no les sacan ni la lengua.
– Una investigación de Insight Crime habla de que el debilitamiento de la legislación ambiental atrae a los grupos criminales, ¿Coincide usted, considerando que las acciones del Gobierno en temas ambientales son uno de los mayores cuestionamientos de la gestión?
Es uno de los factores, no el único. En la Chiquitania no estoy en condiciones de decir cuántas tipologías delictivas podemos identificar en este momento, pero me imagino que la realidad es muy similar a lo que está ocurriendo en la Amazonia.
Tengo contactos con investigadores y académicos de Ecuador, Colombia, Brasil, etc., y hemos coincidido que en la Amazonia se están articulando por lo menos ocho tipologías de delitos: tráfico de pasta básica desde Colombia y Perú hacia Bolivia; tráfico de cocaína, desde Bolivia, a través de Paraguay, de Argentina, y Brasil, con envíos a Europa, Asia y África; contrabando de mercurio, de oro, e intercambio de oro por drogas; contrabando de fauna; contrabando de madera; tráfico de tierras; tráfico de personas; tráfico de armas; y tráfico de órganos.
Esta es la realidad en este momento de la cuenca amazónica que articula a ocho países, hubo una cumbre de los países de la cuenca amazónica, y ellos han coincidido en que hay que retomar la experiencia que se tuvo en Bolivia, entre los años 2017 y 2019, cuando se estableció un centro regional de investigación antinarcóticos, compuesto por policías extranjeros, pero han excluido a Bolivia.
Han discutido la posibilidad de reinstalar ese dispositivo investigativo, con participación de policías de los países vecinos, a excepción de Bolivia, y que posiblemente la sede sea Lima.
Lo que quiero significar es que el fenómeno del narcotráfico ha experimentado muchos cambios, ya no se puede interpretar el fenómeno del narcotráfico como se lo hacía hasta hace cuatro años.
El narco se ha modificado sustantivamente a partir de la crisis sanitaria del covid-19, en la gestión 2020, esto porque si analizamos los informes mundiales de Naciones Unidas, veremos que el número de consumidores habituales ha crecido de 32 millones de personas a 42 millones. La tasa de criminalidad de Latinoamérica se ha disparado de 30 a 42 homicidios por cada 100 mil habitantes, desde el año 2020 en adelante.
La presencia de organizaciones criminales ya no tiene que ver con los carteles tradicionalmente conocidos, ahora no son solo mini carteles colombianos que Uribe llamó en su momento las ‘bacrim’, o bandas criminales, o los carteles mexicanos o brasileños, sino que tenemos la presencia de mafias asiáticas, rusas, albanesas, estas últimas son las que están operando en Ecuador, con una crisis de Estado en materia de seguridad; tenemos el despliegue del Tren de Aragua hacia el norte de Chile.
Entonces, obviamente el narcotráfico se ha modificado y se ha difuminado; el repliegue de las fuerzas policiales para controlar las cuarentenas en las ciudades ha sido un error grave porque dejó desguarnecidos muchos territorios y por eso el narcotráfico ha tomado la Amazonía, la Chiquitania, el Chaco, hablando de regiones de Bolivia, la frontera con Chile, con Perú, con Brasil, etc.
Y resulta que el Estado boliviano está arrinconado, penetrado, absolutamente debilitado, tanto en sus mecanismos de seguridad como judiciales.
Fenómenos que antes eran ajenos a nuestra realidad, como el sicariato, ahora estamos presenciándolos regularmente y solo en Santa Cruz, en los últimos 18 meses tenemos registrados más de 30 casos de sicariatos, y los volteos se han hecho comunes, tanto en la Chiquitania, como en Desaguadero, ya son parte de la cotidianidad.
Como dice Ricardo Soberón, de Perú, en el caso de ese país, la coca ya no tiene como núcleo a la zona del Vraem, y en el caso de Bolivia, se ha ‘deschaparizado’, es decir que el narcotráfico no está articulado en torno al Chapare, sino que se ha difuminados hacia los otros territorios que hemos señalado, y obviamente el tráfico de droga en madera está conectado al tráfico de tierras, de armas, etc., porque el tráfico de tierras, especialmente en Santa Cruz, se da con una logística lujosa. Los avasalladores llegan en camionetas Tundra, con armamento moderno, con pasamontañas; en cambio los de antes eran campesinos que llegaban con wiphalas y chinelas. Hoy están apadrinados por el crimen organizado.
La droga en madera está articulada a varios otros delitos transnacionales y, en la medida en que van tomando territorio y van teniendo colaboración política, se hacen exitosos.
El tráfico de madera es como cualquier fenómeno empresarial; si alguien sigue haciéndolo es porque, por más que hubieran caído cargamentos, seguramente muchos otros llegaron a destino final y hay mucho mercado y demanda. No se explica de otra manera. El crimen organizado se maneja con criterio empresarial.
– ¿Coincide con las opiniones de que corremos riesgo de ser el Ecuador de este momento de darse el detonante?
Sí, porque obviamente el crimen organizado, cuando vulnera los controles, se despliega rápidamente. El crimen organizado compra teléfonos satelitales, avionetas, etc. de manera directa en mercados ilegales.
Entonces, en la medida en que no se lo controla, su velocidad de empoderamiento logístico es mucho mayor a la de un Estado que actúa en condiciones normales. El crimen organizado encuentra en territorio boliviano un área muy fértil y propicio para sus negocios.
En Bolivia no solo se produce y se exporta droga, sino que se ha convertido en guarida de los peces gordos. Entonces hay el peligro de que el narcotráfico se despliegue aún con más fuerza y genere violencia para distraer, dislocar y dispersar la capacidad de fuerza de un Estado; por eso el narcotráfico agrega un comportamiento urbano, con asaltos a bancos, a negocios, secuestros exprés, secuestros extorsivos, porque de ese modo acapara el dispositivo policial, judicial y la cobertura mediática. Esto le permite generar cortinas de humo que encubren su verdadera actividad criminal.
– Algunos de los delitos que usted menciona ya están ocurriendo en Bolivia, ¿quizás aquí no se están atando bien los cabos?
Totalmente; por eso reitero: no teníamos casos recurrentes de sicariatos en Bolivia, como los que hemos tenido en el último tiempo. El observatorio europeo Insight Crime ha dicho que desde Bolivia han salido 200 toneladas de droga en el último tiempo, y esta se ha enviado a 31 países.
En toda la historia de Bolivia no hemos tenido escándalos como en el último tiempo.
– ¿Por qué existe la orden de no mencionar al Vraem en temas de narcotráfico en Bolivia?
Porque es el que ha dinamizado los mayores volúmenes de tráfico de droga y es, en la cadena de suministro, el narcotráfico que está operando a través de Bolivia.
– No se habla de Porongo, pero hay denuncias anónimas de hombres armados en la zona del Urubó, y de laboratorios, ¿qué está pasando por allá?
Es un lugar donde familias aparentemente pudientes han hecho inversiones, algunas son inversiones empresariales muy legítimas y dignas de admiración, porque todo emprendimiento privado merece respeto porque representa prosperidad, progreso; pero también asumir riesgos. Sin embargo, también tenemos supuestas actividades empresariales, que disfrazan el lavado de dinero en actividades de construcción y la logística en escuelas de aviación. Esto requiere de movilizar mucho dinero, y esa movilización de dinero, además ha demostrado y ha conllevado que haya armas de la Policía y del Ejército en sitios privados, ese es un tema que es misterio, como muchos otros.
Aquí habría que estudiar el tema del lavado de dinero como un mecanismo importante de movilización del narcotráfico, a través de construcciones, venta de autos en mercados ilegales; también a través de otros tipos de actividades, incluso relacionadas con deportes.
– ¿Y presencia de laboratorios de cocaína como tales en propiedades en el Urubó?
Es posible que se encuentren porque los laboratorios de cristalización, con los métodos modernos, son muy móviles y muy fáciles de desplegar.
– ¿En su época como ministro tuvo datos de operativos o laboratorios en el Urubó?
Teníamos algunos, pero no como los que se han presentado ahora, eran muy aislados. Normalmente la actividad criminal va a instalar su centro de logística, de procesamiento en los lugares donde se sienta protegida, en zonas fronterizas con muchos accesos, etc. El narcotráfico solo opera en centros urbanos si cuenta con protección, de otro modo no se arriesga.