Domingo 7:00. La radio Kawsachun Coca emite la sintonía que caracteriza el programa dominical en el que participa Evo Morales. Esta vez, será desde Oruro. Otra vez, el exmandatario centra su mensaje con ataques permanentes al presidente Luis Arce. La pelea entre ambos referentes del Movimiento Al Socialismos (MAS) tiene su propia agenda.
En esta ocasión, Morales centra sus cuestionamientos en la situación política que vive el país. El dólar, advierte, ya está por encima de los Bs 11. Y perjudica sobremanera a los comerciantes.
«El verdadero golpe ha sido a la economía», simplifica la idea. Vuelve a cuestionar al ataque militar a plaza Murillo y persiste en su idea de un autogolpe.
Hace tiempo, el líder cocalero actúa como candidato a la presidencia del país. Hoy lo vuelve a hacer. Pide «un encuentro por la economía» como una medida que ayudará a Bolivia a revertir la crisis que vive.
Ataca a Arce, el ministro de economía durante su presidencia, y lo califica como «soberbio» y «prepotente». En opinión de Evo, «no tiene plan para salvar Bolivia».
Su plan, sostiene el toco crítico y cuestionador, consiste en «atacar al Evo» con su inhabilitación. «¿Por qué no se preocupa por el país?» se pregunta.
En esta oportunidad, Morales da un giro argumental. Primero alude a tres dirigentes «leales» al proceso de cambio o, lo que es lo mismo, integrantes del ala masista que él representa. Asegura que han sido «amedrentados» y «agredidos» por grupos encapuchados.
Esos hechos le animan a denunciar «la existencia de grupos paramilitares para atentar contra dirigentes. Quieren atentar contra mí», Alerta.
Asegura, como es habitual, contar con información ofrecida por «militares leales». Como siempre, no muestra la documentación que respalde esas afirmaciones. Concluye su denuncia implicando a un ministerio que impulsa a los paramilitares. «Ya lo informaremos», cierra.