Algunos nidos han quedado vacíos, y en Nochebuena y Navidad, especialmente, estas ausencias se sienten más.
Laura Donoso, conocida por su eterno e inclaudicable optimismo, en este diciembre no pudo contener la nostalgia y dedicó unas líneas en su cuenta de Facebook a su primogénito, Jorge Andrés Méndez, que se encuentra en Barcelona desde hace tres meses. Se fue para estudiar la carrera de Ingeniería Industrial; ya le tocó pasar allá su cumpleaños, y ahora le tocan las fiestas de fin de año.
“Primer cumpleaños lejos de casa, pienso en vos todos los días y pido a Dios que te cuide y te bendiga. Te amo con todo mi corazón, felices 19 mi bebé”, le dedicó.
Según Jorge Andrés no siente las fechas como antes debido a que está solo. “Mi cumple fue hace una semana y lo sentí como un día más, por suerte pudieron mandarme sus bendiciones a la distancia”, se conmovió.
Pasará la Navidad en Francia, junto a la familia de uno de sus compañeros de piso.
Aunque se pone mal al ver cuánto lo extrañan en casa, confiesa que esta nueva experiencia le genera mucha expectativa, y que se consuela con el ambiente navideño reinante en la ciudad.
“Me duele que mi madre me extrañe tanto. Le está costando mucho, pero sabe que es lo mejor para mí”, admitió.
Foto: La familia se hizo una sesión fotográfica para el recuerdo con todos los integrantes del clan
A Elizabeth Castro y Fred Breed, literalmente el nido se les vació. Sus tres hijos están en Europa. Manfred estudia Ingeniería Automotriz y Matthias Diseño Industrial, ambos radican en Holanda, mientras que Santiago, el menor, cursa Artes Escénicas en Irlanda.
“Estamos solitos, es mi tercer año sin los tres, y cuarto año sin Matthias. “El nido vacío es realmente durísimo, peor para mí, porque siempre hemos sido de estar en bollo en todos lados”, confesó.
Elizabeth también admitió que la llegada de su mascota, una perra de nombe Bella, le ayudó mucho a sobrellevar la depresión por la ausencia de sus “cahorros de dos patas”, como les dice, a los que extraña mucho.
Está consciente de que se están forjando y que han demostrado ser autosuficientes, ya que se mantienen solos desde la pandemia; trabajan y estudian.
“Eso me reconforta, aunque muero por tenerlos aunque sea una vez al año. Desde que se fue Matthias, en 2019, solo lo vi dos veces, vino a visitarme, y a Manfred no lo veo desde 20202. De lo que sí estoy segura, es de que están felices”, se autoconsuela.
En Nochebuena habla con sus hijos a las seis de la tarde, medianoche en Europa. Tanto Fred como Elizabeth pasan las fiestas con la familia de Fred.
Foto: Los tres hijos de Eli Castro y Fred Breede radican en otros países
Hace cuatro años que Joshua Tuffí, el hijo de Nona Vargas y Tuffí Aré se fue a Barcelona, para estudiar Business (Economía -Administración de Empresas) en el CEU San Pablo.
Y si bien todos los años Nona va a visitarlo, y Joshua Tuffi viene a Bolivia, cada Navidad separados le “parte el corazón” a Nona.
Se conforma con una videollamada, pero Nona está feliz porque sabe que su hijo se marchó tras su sueño de niño.
“Siempre decía que quería irse. Los hijos son prestados y hay que dejarlos volar. Le di todo hasta sus 18 años y vi que estaba listo. Esta es nuestra quinta Navidad a la distancia y cada vez que nos vemos entendemos que él está haciendo su camino allá. Sin embargo, lo extraño mucho”, admitió.
Según Nona, su hijo mejor también extraña, por eso cada vez que viaja le lleva comida boliviana, cuñapé, etc., cosas que allá no encuentra. Para calmar la nostalgia, los padres hablan todos los días con su ‘surrapo’, y Nona lo deja en evidencia. Es poco demostrativo, pero ya sé reconocer cuando está extrañando, llama de la nada”, compartió.
Por suerte, Joshua Tuffi tiene muchos amigos allá, y también familiares del lado paterno, con los que pasa las fiestas. “Lo acogieron con cariño y siempre que voy los visito y les agradezco, les llevo cosas”, dijo.
Su gusto por la música también reluce en Barcelona, Joshua es director del club de música de la ‘U’, y ya formó una banda con venezolanos, filipinos y españoles.
La estadía se prolongará porque Joshua también quiere maestría, y Nona sospecha que planea quedarse en Barcelona.
Foto: Nona Vargas con su hijo menor, Joshua Tuffí Aré Vargas
Llegaron para el abrazo
Ana Luisa se fue hace 11 años a Madrid y le costaba venir, pero en los últimos tres años logra permiso de su trabajo para ver a su madre, María Luisa Carmona, de 75 años.
“Hago lo posible por venir porque mi mamá estaba con depresión por la muerte de su único hijo varón, y luego de su hermana”, contó.
En estos días, Ana Luisa trata de sacar a su mamá a tomar café, pero hasta ahora no ha logrado convencerla de ir a España. “Dice que no riá a quedarse encerrada en un piso, a pesar de que nunca ha salido de Bolivia”, la delató.
Foto: Ana Luisa Vélez llegó a Bolivia para pasar las fiestas con su mamá
Ayer por la mañana, Alfonso Vidal (75 años) y Blanca Banegas (74 años) se fundieron en abrazos en el aeropuerto con sus dos hijos, Sheila y Ringo.
A Ringo no lo veían desde hace 18 años, desde que se fue, y a Sheila desde hace ocho. “Estoy muy emocionada de volver a mi tierra, donde está mi gente, mi familia. A veces nos encontramos con dificultades, pero siempre hay que volver a casa. La familia es lo más grande que tenemos. Lo demás no vale nada”, manifestó Sheila.
“Esta Navidad será inolvidable”, expresó Ringo, secándose las lágrimas, desbordado por la emoción.
Foto: Sheila Vidal se emocionó y se fundió en abrazó con su papá Alfonso (74)