Una provocación innecesaria
Los seres humanos tienen la tendencia de crear tensiones innecesarias en situaciones cotidianas. Esta tendencia se ve agravada cuando el punto de conflicto trasciende el ámbito de la vida privada y se extiende al ámbito social. El tema de la violencia provocada y en general la violencia innecesaria se ha convertido en un fenómeno con el que se enfrenta la vida moderna en todas sus formas.
Etimología
La palabra «provocación» tiene su origen en el término latino «provocare», que significa literalmente «incrementar» o «animar». Esta palabra puede implicar un acto intencional de incitar a alguien a actuar, es decir, tomar acción para escalar una situación de cierto grado de irritación, posiblemente para obtener un resultado deseado, sin confiar en el resultado. Esto se deriva de la intención del provocador de causar algún tipo de respuesta específica por parte del otro.
Tipos de provocación
Existen dos principales tipos de provocación:
- Provocación positiva: esta escenificación tiene como meta motivar al otro a actuar de una manera constructiva, altruista y productiva. La unión entre ambas partes será la clave para generar soluciones creativas y gratificantes.
- Provocación negativa:se refiere a situaciones en las que se toman medidas que pueden cambiar el curso de una situación que comienza a intensificarse. Esto generalmente es abusivo e inmoral, ya que la violencia no es la solución a nada. Esto sólo puede llevar a una reacción aún más negativa, causando un círculo de violencia.
Conclusiones
La provocación innecesaria puede tener efectos muy negativos, puede generar tensiones innecesarias entre las partes involucradas y dar lugar a desencadenantes autodestructivos. Por otro lado, la intención positiva de provocar un cambio también puede tener consecuencias positivas, como por ejemplo, generar una mayor motivación, una mayor comprensión y mejores resultados.