La Dirección de Régimen Penitenciario de Bolivia denunció este jueves que un recluso de la cárcel de San Pedro en La Paz tenía listo un «proyecto» para ofrecer visitas turísticas dentro de ese penal, una práctica que fue popular en los primeros años de este siglo y que, según las autoridades, se erradicó en su momento.
El recluso tenía impresos volantes publicitarios en inglés ofreciendo visitas a esa prisión los martes y domingos, con un número de Whatsapp y un código QR, según mostró a los medios el director general de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias.
«Este privado de libertad ya está aislado. Como corresponde, la autoridad del centro penitenciario, el coronel (Sergio) Sillerico, ha llamado a la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (Felcc) para que se abra una nueva investigación respecto a esta situación», sostuvo.
El funcionario precisó que el reo estuvo preso por asesinato durante cuatro años, salió y luego volvió a ser encarcelado por un caso de sustancias controladas.
Según Limpias, el caso ya es investigado y se busca a posibles «cómplices» del recluso dentro y fuera del penal, además de haber «alertado» a las agencias de turismo respecto a esta publicidad.
El director remarcó que el ingreso de turistas a San Pedro «no está autorizado», por lo que esta oferta era además «una potencial estafa» a los extranjeros que llegan a Bolivia.
«Nosotros en años pasados habíamos sacado el tema de los tours dentro de los centros penitenciarios como se daba antes, porque se veía como un zoológico al penal de San Pedro», señaló.
Limpias pidió a la gente «que no se deje sorprender» e insistió en que «no hay ninguna autorización de turismo al interior de los centros penitenciarios, se ha abolido ya toda esta situación».
La cárcel de San Pedro, que es solo para varones, tiene un régimen abierto, es decir, no cuenta con vigilancia al interior de sus instalaciones y las celdas han sido convertidas en viviendas para los reclusos que hasta 2018 podían vivir en prisión con sus hijos menores de edad.
A fines de la primera década de los años 2000 se conoció que había reclusos que ofrecían «tours» dentro de la cárcel de San Pedro a viajeros de otros países.
Estas visitas fueron negadas inicialmente por la Policía y el mismo penal, pero los medios bolivianos reprodujeron entonces testimonios de extranjeros que realizaron la visita y que hablaban incluso de venta de droga en su interior.
En marzo de 2009, un canal de televisión sorprendió a decenas de turistas saliendo de la cárcel en la noche, lo que derivó en la restricción de las visitas de extranjeros al penal, además de la destitución de su entonces gobernador.