Pasaron 11 años, 8 meses y 22 días desde que fue encontrado el cuerpo de la concejala, Juana Quispe, en el río Orkojahuira, en la zona oeste de La Paz, asesinada por sus propios colegas ediles del municipio de Ancoraimes. Este jueves un tribunal de primera instancia sentenció a sus asesinos a 30 años sin derechos a indulto. Así, el exalcalde el Félix Huanca y el también exconcejal Pastor Cutile, recibieron esa pena por ser los autores del crimen.
Basilia Ramos, ex secretaria del Concejo, recibió 15 años de privación de libertad y Exalta Arismendi, quien recibió dinero para seguir a la víctima hasta el día del crimen y lo encubrió, recibió dos años de pena.
“Las hermanas (de la víctima) están muy emocionadas con la sentencia y con los resultados, porque son 12 años de esfuerzo, 12 años de haber combatido con el poder que tenían los acusados y sus contactos políticos”, afirmó la abogada de la familia, Valquiria Lira.
Huanca, Cutile y Ramos accedieron al municipio de la mano del MAS, mientras que la concejala fue electa por la agrupación ciudadana Tupac Katari en abril de 2010, por el municipio de Ancoraimes, ubicado a 130 kilómetros de La Paz.
Durante dos años, Juana Quispe fue hostigada por los tres responsables de su muerte, quienes buscaban su renuncia para entregar su curul a su suplente varón, esta recurrió a la Justicia para hacer valer sus derechos políticos y ganó los cuatro recursos que presentó, pero el alcalde que tenía apoyo del MAS se resistió a acatar los fallos judiciales.
El 12 de marzo de 2012 el cuerpo de la concejala fue hallado con signos de violencia en un río de la hoyada paceña. Desde entonces se inició el suplicio de la familia que buscó justicia y se desnudó el problema del acoso político en los municipios rurales contra las mujeres.
La abogada Lira describió que la defensa y la fiscalía una y otra vez presentaban el caso y volvían a fojas cero por una mala elaboración de la acusación. Fue tan obvia la manipulación de todas las pruebas que incluso la fiscalía calificó la muerte como asalto. Félix Huanca, luego de ser aprehendido por este hecho fue liberado y asumió de nuevo su cargo de alcalde. El hijo de la concejala que en ese entonces tenía 10 años pudo ver a los asesinos de su madre, presos y condenados.
Félix Huanca y Pastor Cutile, estarán recluidos en San Pedro; mientas que Basilia Ramos, fue derivada al penal de Obrajes y la tercera Exalta Arismendi, pidió el “perdón judicial” por ser una pena menor y no irá a la cárcel, pese a la gravedad del delito.