El padre Miguel Gould Kincella, misionero estadounidense de la Orden Maryknoll, celebró el pasado 12 de junio, 70 años de ordenación sacerdotal y actualmente la casa central de la orden, lo festeja con una ceremonia especial.
De las siete décadas mencionadas, 60 años fueron dedicados a la misión en Bolivia, donde desempeñó un papel vital en 32 comunidades del municipio de Okinawa.
El padre Miguel estuvo 60 años en Bolivia
El padre Miguel, quien actualmente reside en la casa central de los Maryknoll en Nueva York, Estados Unidos, recuerda con cariño su tiempo en Bolivia. «En celebración de mis 70 años del Sacerdocio Misionero Maryknoll, incluyendo 60 años en Bolivia, me gustaron mucho la gente a la que serví, a quienes considero hermanos, el clima tropical, y la parroquia rural donde viví durante 45 años», expresó.
Durante su misión en Bolivia, el padre Miguel vivió una vida llena de aventuras y servicio. Pilotando una avioneta, él visitaba regularmente las 32 comunidades a su cargo, llevando no solo la palabra de Dios, sino también apoyo y esperanza a los habitantes de estas zonas rurales. «Fue una alegría», recordó con emoción.
Su amor por la gente de Bolivia es palpable. «Me gustaría volver, sin duda», comentó, señalando su deseo de regresar a las tierras que considera su segundo hogar. «Todas las personas allí desempeñaron un papel real en mi misión. Ellos me ayudaron con sus oraciones y apoyo».
A lo largo de su ministerio, el padre Miguel ha sido profundamente agradecido por las bendiciones que ha recibido. «Agradezco a Dios, a Su Santísima Madre, a Maryknoll y a mi familia», afirmó, destacando la importancia de la fe y la comunidad en su vida y obra.
La comunidad Maryknoll también ha celebrado este logro, reconociendo la dedicación y el sacrificio del padre Miguel. Su historia es un testimonio de compromiso y devoción, reflejando el verdadero espíritu misionero que ha guiado su vida durante siete décadas.
En este día especial, el padre Miguel Gould Kincella no solo celebra sus 70 años de ordenación con una ceremonia especial, sino también el impacto duradero de su servicio y el profundo amor por aquellos a quienes ha servido con devoción y alegría.