Bolivia logró inscribir ocho nuevos documentos históricos en el programa de Memoria del Mundo de la Organización de Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco), de acuerdo con el reporte emitido por la organización internacional.
Se trata de una cifra récord de registros desde que ese creó el programa hace 24 años en el año 2000.
Los miembros del comité se reunieron esta semana en Philipsburg, la capital neerlandesa de la isla caribeña de San Martín y valoraron las postulaciones documentales planteadas por el país por su valor histórico y cultural, reforzando el compromiso del país con la conservación de su memoria histórica.
El Comité analizó un total de 35 postulaciones provenientes de 14 países de la región, aprobando 27 de ellas, entre las cuales sobresalieron las ocho propuestas bolivianas. Estas nominaciones, ahora incluidas en el registro, abarcan una diversidad de documentos que narran momentos clave de la historia, tradiciones y contribuciones de Bolivia al patrimonio de la humanidad.
1. Censo de Extranjeros (1935-1959)
La serie documental Censo de Extranjeros forma parte del fondo del Ministerio del Interior, Migración y Justicia dentro del Archivo de La Paz. Se trata de un material documental en texto y fotografía invaluable sobre el ingreso de personas, hombres, mujeres y niños (inmersos en las fichas de los adultos), de múltiples orígenes y de distintos continentes a Bolivia entre 1933 y 1959. Esta colección permite a investigadores de todo el mundo acercarse a historias individuales y de distintas comunidades para entender las causas y claves de la migración.
2. Colección de Gabriel René Moreno sobre Mojos y Chiquitos (1758-1888)
Los Llanos de Mojos, en la actual Amazonia boliviana, y la zona de Chiquitos, en el oriente del país, se conocen por haber sido el escenario en el que, desde finales del siglo XVII hasta 1767, se asentaron misiones de la Compañía de Jesús. Las misiones de Mojos pertenecían a la provincia jesuítica del Perú, y las de Chiquitos, a la provincia paraguaya. Gabriel René Moreno fue un archivista que reunió esta colección que abarca el periodo que va entre la expulsión de los jesuitas y la fundación de la República de Bolivia. El documento está en Archivo Nacional de Bolivia.
3. Expediente sobre traslado forzado de indios de Puno a la Villa Imperial de Potosí (1745)
El documento describe el desplazamiento de 83 personas (hombres, mujeres y niños), de la intendencia Puno, actual Perú, a la ciudad de Potosí, actual Bolivia, para cumplir con la mita minera. El expediente es esencial para comprender la historia económica y transformación social de los Andes y refleja cómo el envío forzoso de indígenas para el trabajo forzado en las minas, afectó significativamente la demografía y vida social de las comunidades. El documento está en la Casa Nacional de Moneda.
4. Tratado de Quinología (1638-1792)
El libro “Quinología o tratado del árbol de la quina o cascarilla” de Hipólito Ruiz López, publicado en 1792, es una obra fundamental en la botánica y la medicina. Aborda el estudio del árbol de la quina, conocido botánicamente como Cinchona, y describe diversas especies de quina descubiertas en el Virreinato del Perú en el siglo XVIII. El libro incluye los métodos de preparación utilizados por los indígenas que habitaban las Montañas de los Andes, así como por los Jesuitas establecidos en una extensión que comprende de la ciudad de La Paz en Bolivia hasta la comunidad de Loxa en Ecuador. El documento está en el Centro Plurinacional de Cultura.
5. Manifiesto imparcial de la revolución acaecida en la ciudad de Chuquisaca el día jueves 25 de mayo de 1809, dispuesto en forma de diario.
Este Diario es anónimo. Fue escrito por un miembro de la élite absolutista en el inicio de la Guerra de Independencia. Narra la revolución del 25 de mayo de 1809 en La Plata (hoy Sucre) y menciona lugares ubicados en los actuales territorios de Bolivia, Perú, Ecuador y Argentina. El Diario revela las pugnas entre quienes apoyaban a Fernando VII y los adeptos a su hermana, Carlota Joaquina, princesa de Portugal. Museo Casa de la Libertad.
6. Diccionario Castellano Moseteno y Moseteno Castellano 1874 (anónimo).
Este diccionario etnolingüístico, anónimo, de 1874, fue elaborado en Covendo (Bolivia) para la enseñanza, artes, oficios y evangelización en la lengua indígena Moseteno. La obra probablemente fue elaborada por Benigno Bibolotti (italiano) (1885-1868?) o Nicolás Armentia (español), (1873-1880), ambos misioneros con permanencia en Covendo, cuyos diccionarios sobre el moseten se publicaron en 1917 y 1903 respectivamente. El documento está en el Museo Nacional de Etnografía y Folklore.
7. Archivo Político y Artístico Particular de Miguel Alandia Pantoja (1936 – 1979).
Miguel Alandia Pantoja, militante del Partido Obrero Revolucionario de ideología trotskista, fue el pintor que retrató las luchas subalternas del siglo XX en Bolivia y documentó su trayectoria artística, política y social, en un invaluable Archivo Político, que se refiere a la época en la que las élites al servicio de la oligarquía controlaban la economía y la administración política del país. Las obras están Museo Nacional de Arte, dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia.
8. Academia Carolina (1778-1941). Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier.
Este fondo documental se integra por 541 legajos de manuscritos producidos por la Academia Carolina, creada en 1776 en La Plata (hoy Sucre), como una respuesta académica de los intelectuales ilustrados de la época para mejorar la práctica jurídica de quienes estudiaron en la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca. Debido a la calidad y al carácter novedoso de la formación que impartió, se constituyó en la institución de estudios jurídicos más importante en el Río de la Plata.
El Programa Memoria del Mundo, creado por la Unesco en 1992, busca proteger y garantizar el acceso al patrimonio documental frente a amenazas como la falta de recursos, saqueos, conflictos armados y el comercio ilegal.
A través de los esfuerzos del Comité Regional, que desde su creación en 2000 ha inscrito 260 registros, se promueve la preservación de estos materiales en archivos, bibliotecas y museos.
“Estas nuevas inscripciones no solo representan un reconocimiento al rico legado cultural de Bolivia, sino también un paso fundamental en su preservación para futuras generaciones”, expresó un portavoz del Comité Regional.