«Tengo dos mellizos y todo el lodo se ha entrado. Quisiera que me colaboren, por lo menos con vivienda, ropita para mis hijos, casi todo hemos perdido. Esta casa ya la hemos perdido, ya no se puede vivir aquí», dice con la voz entrecortada y lágrimas que hacen que se atropelle al hablar la señora Hermelinda, que vive de su cocal en la comunidad Las Mercedes, en el municipio de La Asunta, La Paz. Ahí sufrieron tremendamente con la riada y la posterior mazamorra que el día de ayer ofreció un espectáculo dantesco, a unas horas del fin del año que para los habitantes de ese lado del país ha sido trágico y no les permite ver con esperanza el 2024.
Según el reporte de la televisión estatal, la cantidad de familias afectadas todavía no se ha podido cuantificar con exactitud, y la gente está trabajando para poder volver sus casas nuevamente habitables.
«Aquí hemos sufrido tremendo con la mazamorra y no es la primera vez. Ya no tenemos nada, apenas unas cositas estamos salvando, ni para comer tenemos», dice un afligido entrevistado que ha perdido la vivienda que compartía con cinco personas, mientras muestra lo que queda de las casas de su alrededor, con todo lleno de barro.
El pedido es el mismo: cooperación inmediata, no hay ni para comer en este momento. Hasta ahora el municipio ha enviado tractores para intentar limpiar las vías, y la población se queja de la tardanza en el auxilio, mientras la naturaleza no duerme.
Además de algo para llenar el estómago precisan que las autoridades de los tres niveles de gobierno los ubiquen en otro lado. La situación sigue siendo muy crítica debido a las inclemencias del tiempo.
El dirigente de la Central Agraria de Las Mercedes, Ediberto Soria, en contacto con ANF, contó que a las 08:30, aproximadamente (del sábado), se produjo una intensa lluvia en ese sector que ocasionó que se genere una mazamorra y descendió desde la parte alta hacia la comunidad. El lodo ingresó a más de 30 casas y siete familias fueron trasladadas hasta otro sector.
Soria cree que este fenómeno devastador se dio a causa de la deforestación y la quema de los pastizales en la parte alta del monte, ya que estos evitaban que el agua de la lluvia baje arrastrando lodo, piedras y restos de árboles.
“El año pasado hemos tenido una sequía e incendio forestal en la parte alta del monte, hay pastizales que se han quemado y antes ahí se quedaba el agua. Ahora ya no se queda y avanza hacia la población, el agua ha bajado con fuerza arrastrando piedras y lodo, eso nos está afectando”, indicó.
Los diferentes cultivos también fueron dañados. La mazamorra no los perdonó, por lo que los habitantes de Las Mercedes no solo se quedaron si casa, también sin el sustento para vivir.