Luis Arce se quedó solo en la región, incluso lejos de la izquierda regional. Su apoyo a Nicolás Maduro lo alejó de sus aliados, como el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula de Silva, o del colombiano, Gustavo Petro. Todos sus colegas sudamericanos condenan lo que sucede en Venezuela y también hay foros de izquierda que piden transparencia tras el supuesto fraude que realizó Maduro el pasado domingo.
Leonel Fernández y Ernesto Samper, expresidentes de República Dominicana y Colombia, respectivamente, se sumaron a las voces que piden que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela publique las actas de las votaciones en las que se anunció como ganador a Nicolás Maduro.
Esa es en realidad la posición que asumió el Grupo de Puebla, pero con la disidencia del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Este foro de izquierda, del cual los dos bandos del Movimiento Al Socialismo (MAS) son miembros, se alejaron de Maduro y están pidiendo transparencia al ente electoral venezolano.
Tanto Fernández como Samper fueron veedores de los comicios en Venezuela como parte del Grupo de Puebla. Zapatero y el chileno Marco Enriquez-Ominani también eran parte de la comitiva del foro de izquierda. El político chileno también pidió al CNE publicar las actas.
Todos los presidentes de América del Sur -menos el boliviano- pidieron transparencia en el conteo de votos en Venezuela. Todos también no reconocieron la reelección de Maduro, con excepción de Luis Arce. Ni los mandatarios de izquierda sudamericanos avalan la reelección de Maduro, como Gabriel Boric, de Chile; Lula Da Silva, de Brasil; o Gustavo Petro, de Colombia. Peor aún los de presidentes de Argentina, Paraguay, Uruguay, Ecuador y Perú.
Desde la OEA
Ayer, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, instó a Maduro a que reconozca su derrota en los comicios presidenciales de Venezuela o convoque a una nueva votación más transparente. La misma posición asumió la Unión Europea (UE), el gobierno de Estados Unidos y la Organización de Naciones Unidas (ONU). México, a través de su presidente, Manuel López Obrador, pidió que la OEA no intervenga en las elecciones de Venezuela por ser una entidad “poco creíble”.
A diferencia del Centro Carter, que desplegó un total de 17 expertos electorales en tres Estados de Venezuela, además de Caracas, la OEA, al igual que la Unión Europea, no recibió autorización para supervisar el desarrollo de la votación, lamenta que durante este proceso electoral el gobierno de Maduro haya aplicado “un esquema represivo complementado por acciones tendientes a distorsionar completamente el resultado electoral”.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, y su colega brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, urgieron, en un pronunciamiento conjunto del que informó la Casa Blanca, al gobierno de Nicolás Maduro a liberar de inmediato los resultados electorales completos, detallados y transparentes con los que el mandatario fue declarado ganador.
Según el comunicado de Washington, Biden y Da Silva reconocieron que la situación en Venezuela “representa un momento crítico para la democracia del hemisferio”.
El mismo comunicado indica que ambos líderes se comprometieron a tener una “estrecha coordinación” sobre el tema de Venezuela. Mientras, el gobierno de Perú reconoció al opositor Edmundo González como el presidente electo de Venezuela.
“La izquierda en la región está dividida, no sabe qué hacer con esta criatura indescifrable que es el chavismo. Hay una izquierda nostálgica que cree que Venezuela sigue en la etapa de Chávez. Es una izquierda más emocional, uno podría decir irreflexiva, pero no quiero descalificar. Puedo entender que figuras como Evo Morales se sientan agradecidos con el chavismo. Por otro lado, están los nuevos líderes de la izquierda latinoamericana, como Boric y Petro, que reconocen que lo que pasa en Venezuela es diferente a los primeros años de Chávez”, consideró el politólogo argentino José Natanson.
En Bolivia, Arce no volvió a referirse de la situación que atraviesa Venezuela. El único que lo hizo fue el ministro Eduardo Del Castillo, quien justificó, a través de sus redes sociales, la supuesta victoria de Maduro. “La tramoya política que vive Venezuela actualmente no es algo novedoso, ya en diversos países se trató de implantar la idea falsa de un “fraude electoral”. escribió la autoridad.
– PETRO Y EL SILENCIO
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, no se refirió -hasta anoche- sobre lo sucedido tras las elecciones en Venezuela. El mandatario llegó ayer a Bogotá desde París, Francia, y pidió un informe sobre lo sucedido en Caracas.
– REUNIÓN DE LA OEA
La OEA denunció ayer, a través de un comunicado, que las elecciones presidenciales en Venezuela sufrieron “la manipulación más aberrante”. Hoy, el Consejo Permanente de la OEA se reunirá para analizar los resultados en Venezuela.