Thales es la empresa francesa que vendió en 2016 a Bolivia 13 radares para la vigilancia del espacio aéreo. Esta compañía es investigada en tres países de Europa por delitos de corrupción en la venta de equipos militares a Brasil. En el país, esta firma ya instaló los radares que hasta la fecha no tienen un funcionamiento normal.
Un megaoperativo movilizó durante la pasada semana a 65 investigadores y 12 fiscales especializados en delitos financieros de Francia, España y Países Bajos. Los equipos de investigación se incautaron de las oficinas de la empresa Thales en estos tres países europeos por el supuesto negocio de corrupción en la venta de armamento militar a Brasil.
Esta investigación se divide en dos fases. La primera se abrió en 2016 por cargos de corrupción de un funcionario público extranjero, corrupción privada, asociación para delinquir y blanqueo de esos delitos y se refiere a la venta de submarinos y a la construcción de una base naval en Brasil. Thales está especializada en materia de la defensa.
La segunda pesquisa de este caso comenzó en junio de 2023. Se indagan cargos de corrupción y tráfico de influencias de un funcionario público extranjero, corrupción privada, asociación delictiva, blanqueo de dinero y encubrimiento de estos delitos y se refiere a diversas operaciones venta de material militar y civil.
La agencia francesa AFP entrevistó a una fuente que tiene conocimiento de la investigación, quien ratificó que la empresa francesa es indagada por estos hechos. La misma fuente confirmó que en los allanamientos participaron 65 investigadores de la Oficina Central de Lucha contra la Corrupción y las Infracciones Financieras y Fiscales (OCLCIFF) y doce jueces de la Fiscalía Nacional Financiera (PNF) de Francia, “en colaboración con las autoridades judiciales neerlandesas y españolas y la coordinación de Eurojust”, un organismo de cooperación judicial penal de la Unión Europea (UE).
Thales en Bolivia
Thales operó en Bolivia. La empresa francesa vendió en 2015 al Estado boliviano 13 radares estratégicos de vigilancia aérea. Desde esa fecha, estos aparatos no operan con normalidad y ni siquiera fueron presentados oficialmente, a pesar de que existe información de que están instalados en algunas regiones.
Por efecto de este proyecto, se creó el Comando de Seguridad y Defensa del Espacio Aéreo (Cosdea) que es el centro de operaciones que debe controlar los 13 radares que adquirió Bolivia para la defensa del espacio aéreo del país. Esta base está instalada en Cochabamba. Estos aparatos funcionarán en 12 regiones del país y solo uno —de gran dimensión— se dedicará exclusivamente a detectar vuelos ilícitos.
En agosto de 2016, Bolivia adquirió 13 radares de tecnología francesa por el valor de $us 225 millones. Estos equipos fueron instalados en 12 regiones del país. Están en todos los departamentos y en Santa Cruz funcionarán en el aeropuerto Viru Viru, en Roboré y San Ignacio de Velasco. El de Viru Viru es empleado para los vuelos comerciales.
Según información del Cosdea, cuatro radares son de defensa aérea, un primario para la detección de vuelos ilícitos, dos de aproximación de largo alcance para vuelos no cooperativos y seis civiles secundarios para la vigilancia del tráfico aéreo. Estos últimos son los que están en los principales aeropuertos del país: Viru Viru, El Alto, Cochabamba, Trinidad y Tarija, al sur del país.
“Se debe diferenciar los tipos de radares como son los civiles y los militares. Los civiles son exclusivamente para control comercial de aeronaves nacionales y extranjeras y los radares militares son los que van a hacer el control de las aeronaves que realizan vuelos de contrabando, de narcotráfico y aquello que afectaría a la seguridad del espacio aéreo, llegando a determinar el control total del espacio aéreo”, explicó a este medio una fuente militar.
El sistema está distribuido con seis radares de uso civil y siete de empleo militar. Se habló de que los militares son los que tendrían que utilizar para la lucha antidroga, pero desde el Cosdea aclararon que será solo uno el que se dedique a identificar a los vuelos ilícitos, que, por ejemplo, son los que transportan droga vía aérea.
Acá existe un problema para el empleo de este radar: no existe un convenio interinstitucional para realizar un trabajo coordinado entre la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) y la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) que tiene la tuición legal para la vigilancia del espacio.
El radar que detectará los vuelos ilícitos está instalado en la ciudad de Cochabamba. Es un aparato primario, lo que significa que es de gran alcance y muy similar al que utiliza Brasil. Según el Cosdea, este aparato —y los otros 12 radares— es uno de los mejores en la región. Será este radar, que según la Ley 521, podrá identificar tres tipos de aeronaves: Las infractoras, que son “por su conducta voluntaria o involuntaria, modificasen su plan de vuelo original sin notificar al control de tránsito aéreo; vulneran o no cumplen las reglamentaciones aeronáuticas; o incumplen órdenes y disposiciones de los controladores aéreos”.
Además de las aeronaves ilícitas son aquellas “que en tierra o en vuelo, realizan actividades con propósitos incompatibles a las normas de aviación civil internacional; violación del espacio aéreo o actividad delincuencial”.
Y un tercer tipo de aeronaves son las hostiles que son aquellas que “muestran evidentes acciones de agresión, amenaza o intento de fuga. Asimismo, aquellas aeronaves que siendo declaradas ilícitas se nieguen aterrizar o a cumplir órdenes o disposiciones”.
Los 13 radares fueron adquiridos a la empresa francesa Thales Air Systems SAS. Estos aparatos no están en operación completa y no se tiene fecha de cuándo podrán empezar a trabajar oficialmente. El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, dijo que hasta finales de 2023 iban a ser presentados y utilizados al 100%.
“Nuestro contrato (con Thales) está vigente, estamos en este momento en conversaciones, esperemos que muy pronto podamos dar la fecha de inicio una vez que nos pongamos de acuerdo, porque hay condiciones tanto de la empresa que debe cumplir para este procedimiento, como también de nuestra parte existen observaciones”, dijo Novillo cuando en 2023 fue convocado a la Asamblea.
El exministro de Defensa Reymi Ferreira, que firmó el acuerdo con la compañía francesa en 2016, aseguró que todos los radares están en Bolivia y que todos son operables. “Todos los radares están en Bolivia, todos están instalados. Lo que falta, entiendo, es interconectarlos porque falta el radar de San Ignacio de Velasco. Eso es lo que públicamente se conoce. Decir que estos radares son fantasmas es algo muy vergonzoso. Le repito, los radares están en Bolivia, decir que son fantasmas es como si no existirían”, dijo.
Tema Caliente
Edmundo Novillo es el tercer ministro de Defensa que debe lidiar con el tema de los radares. La firma del contrato se dio cuando estaba en el cargo Reymi Ferreira, luego le sucedió Javier Zavaleta y ahora Novillo. Luis Fernando López, del gobierno de Jeanine Áñez, estuvo en el cargo 11 meses, pero nunca se refirió al tema.
Bien cuidados
Una fuente militar explicó a EL DEBER que los 13 radares están en buenas condiciones.