El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, explicó el origen y el final del fallido golpe. Dijo que todo comenzó el martes, cuando se decidió su destitución como comandante del Ejército y le fue comunicada, tal como publicó EL DEBER.
Asimismo, aseguró que al margen de la investigación que se inició en el Ministerio Público, Zúñiga será sometido a un proceso en la justicia militar.
“En mi opinión, todo se origina en las declaraciones del general Zúñiga en un medio televisivo que fue entrevistado. El general hace una serie de declaraciones y el contenido de esta fue compartido con la ministra (de la Presidencia) María Nela (Prada) y algunos ministros”, comenzó relatando el ministro de Defensa.
Según Novillo, él mismo pidió a Luis Arce que lo reciba. Agregó que después de dialogar con Arce y con la ministra Prada, se determinó “proceder al cambio del general Zúñiga y otros miembros del mando militar”, aseguró.
Sin embargo, “por respeto al general (Zúñiga) consideramos que era prudente hablar con él, manifestarle que sus declaraciones no eran compartidas con la posición del Gobierno nacional. Él (Zúñiga) vino de civil y le manifestamos que sus declaraciones no eran compartida con el Gobierno, y que esta situación había ameritado tomar una decisión y era compartida con él por respeto a su grado, a su autoridad militar”.
Agregó que fue el mismo excomandante del Ejército el que “reconoció que cometió algunos excesos y nos manifestó que se ponía a disposición de lo que decida el capitán general (presidente Arce) y nos despedimos de la forma más amistosa, y abrazos fraternales. Dijo que siempre iba a estar al lado del presidente (Arce), del gobierno. Eso sucedió ayer (martes)”.
El vicealmirante Juan Arnez fue detenido y acusado por el asalto militar /APG
A decir de Novillo, el presidente no participó porque tenía una agenda comprometida, “pero se dio un tiempo para escuchar las conclusiones” y estuvo de acuerdo.
Explicó que la mañana del miércoles buscaban los nombres para los reemplazos, a fin de dar posesión en la tarde
Sin embargo, “personal de mi confianza, aproximadamente a las 9:00 (de este miércoles) me informa que personal militar se movilizaba desde Challapata y éstos eran solo instructores. Venían armados en seis camionetas. Este movimiento no era normal. Me comuniqué, primero con el comandante Zúñiga y le pedí explicaciones sobre el movimiento”.
El relato continúa indicando que “él (Zúñiga) iba a averiguar y me devolvería la llamada, pero seguí indagando. Llamé al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y dijo que no tenía conocimiento de Challapata. Fue cuando me informaron que extrañamente había una instrucción de acuartelamiento en la Séptima, Octava y Novena División”.
Según Novillo, cuando él se comunicó con el presidente, le dijo que después de haber constatado el movimiento, llamó a Zúñiga, pero no respondió y por eso pidió a Arce que él mismo lo llame, “pero tampoco contestó”.
El encuentro entre Luis Arce y Juan José Zúñiga en el Palacio de Gobierno/APG
Fue por eso “que convoqué al mando militar a mi despacho para analizar la situación. Un almirante dijo que los tres comandantes no respondían al llamado. Volví a llamar al presidente y le informé. Él me respondió que tampoco le respondían a él. Entonces, la situación fue de mayor preocupación. En ese entendido, consideré que deberíamos apresurar la posesión del mando militar, pero particularmente de los tres comandantes de las Fuerzas. En eso nos enteramos por los medios del movimiento de tropas, a la cabeza de Zúñiga, Arnez y Zegarra”.
Novillo agregó que se comunicó con el jefe, el general Peñaloza. Nos llegó la información de que tropas de Viacha se estaban movilizando hacia La Paz y éste pidió que no movilice tropas y le advertía que lo que estaba pasando era inadmisible”.
Siguió afirmando que, tras comunicarse con el presidente, definieron apresurar la posesión de los nuevos comandantes de las tres fuerzas. Me comuniqué con el general (José Wilson) Sánchez, general (Gerardo) Zabala y el almirante Arnez, para que se hicieran presentes en la Casa Grande (del Pueblo)”. El relato continúa señalando que “Sánchez vino al ministerio y junto con el Comando en Jefe nos dirigimos a plaza Murillo. A mi llegada busqué al presidente, pero él había salido afuera para tratar de persuadir al general Zúñiga para desmovilizar a la tropa”. El intento fue en vano, porque el mismo general Zúñiga aseguró que no lo haría.
Sin embargo, “posesionados los nuevos comandantes, le pedimos al general Sánchez que desmovilice una vez que asuma el mando y en su discurso lo hizo. Llamó para que se desmovilizara a las unidades militares”.
Refirió que Zúñiga se dirigió al Estado Mayor y que fue aprehendido cuando salía del lugar.
En lo que corresponde a la Fiscalía se instruyó una investigación severa. Pero “de nuestra parte (militar) hemos instruido que a través del inspector del Comando en Jefe coordinando con los tres nuevos comandantes se procesa una investigación en el marco de la normativa militar para esclarecer sobre todo quiénes participaron en esa movilización.