En medio de versiones de un supuesto “autogolpe”, que hubiera ocurrido el miércoles en Bolivia -en alusión al asalto militar a la plaza Murillo y el Palacio Quemado, en la sede de Gobierno-, autoridades del gobierno de Luis Arce negaron de manera enfática ese extremo, que surgió a partir de una polémica declaración del general Juan José Zúñiga, que lideró un insólito movimiento militar en el centro político del país.
“Es absolutamente falso y son cosas que realmente me resultan inconcebibles”, dijo la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.
Consideró que algunos personajes están saliendo a sacar “su pequeña tajada de posicionamiento político, sólo con intereses personales, intentando desvirtuar lo sucedido el 26 de junio en la plaza Murillo, donde un grupo militar, liderado por el general Juan José Zúñiga, irrumpió y hasta abrió por la fuerza, con un carro de combate, la puerta del antiguo palacio».
Pero, “decimos de manera firme (…) que, lo que hemos vivido, es un intento de golpe, un golpe fallido que se ha logrado detener, (…) así que rechazo de manera contundente ese tipo de afirmaciones que son totalmente temerarias, porque van en contra de hacer respetar nuestra Constitución y nuestra democracia”, afirmó Prada en una conferencia de prensa, cerca de la medianoche del miércoles.
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, en una entrevista con el canal estatal, también negó que se hubiera realizado un «simulacro» de golpe.
“Cómo podemos hablar de un simulacro, de un fraudulento intento de golpe, cuando ya tenemos a las principales cabezas actualmente aprehendidas; cómo podemos polemizar con un tema tan sensible (…) cuando en este momento hay 12 heridos (y los militares) reprimieron a políticos de izquierda y de derecha azules o menos azules”, señaló.
El ahora excomandante del Ejército, Juan José Zúñiga, que lideró la toma de la plaza Murillo, aseguró, en el momento de su aprehensión, que el presidente Luis Arce le dijo que sacara los carros blindados porque, según su versión, “necesitaba algo para levantar su popularidad”.
Esa declaración generó una serie de repercusiones, especialmente, entre algunos políticos de la oposición, del evismo y también analistas, que ahora dudan del supuesto «intento de golpe de Estado» y consideran que fue un “show”, un “teatro” o un “autogolpe”.