El mes de la patria comienza con una excelente noticia. La comunidad boliviana en Estados Unidos está hoy más orgullosa que nunca, porque una de sus integrantes, Gabriela Salinas Antezana ha sido nominada Cámara de Representantes de Tennessee, tras una reñida votación. Ella puede ser la primera hispana en llegar a ese espacio y lo hará por el Partido Demócrata.
El abrazo emotivo a su mamá y sonrisa, mientras decía: “Sí se pudo”, reflejan la emoción de ese momento, porque la vida de Gabriela es una lucha constante. Muchas batallas de las que ha salido victoriosa.
Gabriela es un milagro. Padeció cáncer a sus siete años y eso la llevó a Estados Unidos a esa edad (hace 30 años). A través del dolor de su pequeño cuerpo fue haciendo historia, porque mientras le trataban la leucemia, los médicos del famoso hospital Saint Jude se sorprendieron cuando vieron que ella desarrolló otros dos tipos de cáncer: en el riñón y en la columna. Sobrevivió. Y se convirtió en una referencia de ese tipo de enfermedad.
Su vida no ha sido fácil, pero ella convirtió esa lucha en una senda que fue abriendo más allá de ella misma. A los siete le detectaron cáncer en Bolivia. La esperanza en ese momento era irse fuera del país para buscar un tratamiento. Es así que su papá consiguió ser parte de la delegación militar de la Embajada de Bolivia en EEUU.
Ese era el primer paso. Sin embargo, cuando llegaron al Hospital Saint Jude encontraron otra dificultad: necesitaban hacer un depósito de $us 100.000 para que le hagan el tratamiento. El llanto embargó a su mamá y a la misma pequeña Gabriela. Pero se encontraron con un hombre que se acercó a ellas para preguntar la razón de su angustia. Y ahí ocurrió otro milagro. Era un periodista del Washington Post que escribió su historia, tras lo cual fue admitida.
Más adelante, cuando la familia viajaba para seguir el tratamiento, hubo un accidente de tránsito y falleció el papá, la mamá quedó sin posibilidades de volver a caminar y embarazada. A pesar de todo ello, avanzaron en el propósito y Gabriela se recuperó de los tres tipos de cáncer.
Estando en el hospital, durante su tratamiento, estudió en un colegio católico que brindaba educación a los niños que eran pacientes. Después se formó en Bioquímica y dedicó su vida a la ciencia, investigando sobre la malaria y consiguiendo un nuevo tipo de vacuna contra este mal.
Gabriela, inquieta como es, compartió su ofrenda científica con la política. Ella es miembro del Partido Demócrata y ha sido elegida presidenta de esta formación en su estado. Estaba compitiendo por segunda vez para ser nominada al Senado del Estado y anoche lo consiguió.
La elección fue reñida. Había perdido en la votación anticipada y, en la presencial, a medida que se hacía el cómputo de votos iba arriba o debajo de sus contrincantes. Fue en la última ánfora, la de los hispanos, donde consiguió ganar por 120 votos.