La declaración oficial del general Marcelo Zegarra, excomandante general de la Fuerzas Aérea Boliviana (FAB), señala a su camarada Juan José Zúñiga como el único responsable de los sucesos del 26 de junio en Palacio Quemado.
Aseguró que él fue llevado a Palacio sin conocer el objetivo de esa concentración de tropas; sin embargo, en su declaración también admite que él ordenó a sus hombres acuartelarse en las unidades ante cualquier suceso.
EL DEBER les deja la parte más sobresaliente de las declaraciones de Zegarra realizadas ante la Fiscalía la noche del viernes en La Paz.
Zegarra relata el tenso encuentro que se produjo al interior de Palacio Quemado. Allí, el presidente Luis Arce frenó la acometida militar y encaró a las principales autoridades del Alto Mando Militar.
De acuerdo al testimonio ofrecido por el excomandante de las FAB, Arce preguntó personalmente a Zúñiga y a Arnez (las otras autoridades militares) si estaban dispuestos a mantener la asonada militar.
En última instancia, el presidente se dirigió hacia Zegarra y le repitió la misma pregunta. En su declaración asegura que se negó a sostener el ataque a Palacio Quemado.
De manera inmediata, según se refleja en los videos, los ministros del Castillo y Prada tratan de separarlo de Zúñiga para ahondar en la brecha creada. De tal forma que Zegarra queda en Palacio cuando los otros dos comandantes salen del lugar.
En el relato ofrecido ante la Fiscalía, revela que sostuvo una breve reunión con Arce en el piso 23 de la Casa Grande del Pueblo. A pedido del propio presidente, estuvo en la posesión del nuevo Alto Mando Militar que se realizó esa misma tarde, mientras las tanquetas permanecían en la plaza Murillo.
Después del nombramiento de autoridades militares, y tras el repliegue final de los militares movilizados, Zegarra sostuvo una segunda reunión con Arce antes de retornar a su casa en La Paz.
En la declaración oficial que realiza el excomandante de la FAB, reconoce que el 26 de junio ordenó a sus tropas permanecer en «situación de apronte, lo que significa que todas las tropas tiene que estar preparadas en aislamiento».
Afirma que dicha orden la realizó con la intención de mantener la operatividad en los aeropuertos ante la tensión y el conflicto que se cernían en el país.
Otro aspecto remarcado por Zegarra en su declaración es que ningún militar perteneciente a la Fuerza Aérea Boliviana estuvo involucrado en los sucesos de Plaza Murillo. En un momento determinado de la declaración, recuerda el diálogo sostenido con otros militares y enfatiza que no movilizará a dichas tropas.