«Si quieren diálogo, respondan rápido a la carta del Estado Mayor del Pueblo», suena a ultimátum. El tono de voz y el gesto del expresidente Evo Morales refuerza la posición inamovible. Al menos reiteró tres veces más el mismo pedido. Si el Gobierno quiere dialogar, debe presentarse ante los marchistas.
Morales tuvo una participación más corta de lo habitual en su programa de radio en Kawsachun Coca. Esta vez, se conectó desde Calamarca y, unos 40 minutos después, se despidió para retornar a la marcha.
Con cierto apuro y mucha firmeza, Morales desvirtuó la invitación a diálogo realizada desde el Ejecutivo y manifestó sus propias condiciones. «Tengo dignidad y no puedo hablar ni con narcos ni con corruptos», enfatizó en un momento de la entrevista. «Y lo digo de frente», remarcó.
Si el Gobierno está dispuesto a hablar, «que vaya el presidente y su gabinete a la marcha, que dialogue con los marchistas», planteó. La propuesta ya fue remitida al presidente Luis Arce mediante una carta suscrita por el Estado Mayor del Pueblo, el nombre que han utilizado para convocar a la marcha.
Sin embargo, asegura, en la Casa Grande del Pueblo «nadie quiso recibir la carta».
¿Por qué no fue al diálogo?
Al inicio de su intervención, el líder cocalero se mostró eufórico por el resultado de la marcha. «La gente sigue sumándose» alentó y puntualizó sin lugar a dudas que «la marcha llegará mañana a la ciudad de La Paz». De nada servirá la concentración de apoyo a Arce prevista para esta mañana.
Buena parte de la intervención de Morales cuestionó la invitación al diálogo propuesta por el Gobierno. Llegó a preguntarse por qué se hizo en el ministerio de Educación. «Como en tiempos de la colonia, no tengo derecho a entrar en la Casa Grande del Pueblo», remarcó para después decir que es un acto de discriminación contra él.
También justificó su ausencia ya que la invitación sería «una emboscada», una manera de tenerlo aislado para así proceder a su detención.
Por ello, reiteró una vez más que cualquier encuentro con el Gobierno deberá realizarse en el contexto de la marcha.
Casi al final de su intervención se observó a un Morales más autoritario. Primero se cuestionó sobre el plan del presidente Luis Arce para revertir la situación de crisis. «No veo un plan para salir de la emergencia», valoró.
E inmediatamente después, de modo tajante, afirmó que «están obligados a escucharme. Ojalá lo entiendan», concluyó.