Cargado de una mochila o un aguayo para llevar sus pertenencias, su ración seca y alimentos en conserva para alimentarse en las largas jornadas de caminata, sin seguridad personal, menos vehículos de lujo a su disposición, así marchaba Evo Morales, hace más de 30 años, cuando era un joven dirigente cocalero y era parte de las marchas históricas que lograban el respaldo de toda la población por sus demandas de reivindicación social por la coca, la soberanía y la dignidad. Ése es el recuerdo vivo de quienes también participaron de esas movilizaciones.
En la actualidad y a punto de cumplir 65 años, Morales, que lidera la denominada “marcha para salvar a Bolivia”, busca reeditar ese impacto de antaño; no obstante, a pesar de las miles de personas que son parte de esta movilización, expertos ven que la misma tiene una escasa o nula credibilidad porque delante de la marcha y bien alto va flameando la bandera azul, negro y blanco del MAS, también se impuso como un sello el calificativo contra el presidente Luis Arce de “Lucho, traidor” y la defensa férrea a Morales a quien los marchistas identifican como su “comandante”, líder indiscutible y la única persona que puede “salvar a Bolivia” de la crisis económica.
Por eso, el objetivo es claro: garantizar su candidatura a la presidencia. En esta marcha, que ya recorrió unos 170 kilómetros desde Caracollo y está en el umbral de El Alto, Morales ya no lleva sobre su espalda un aguayo con sus cosas, pero sí carga un fuerte discurso político en el que ataca al Gobierno de Arce, asegura que su protesta es pacífica y hasta arremete contra los periodistas que hacen la cobertura de su marcha.
Es la segunda vez en los últimos cuatro años que Evo y sus bases marchan desde Caracollo. La primera fue entre el 23 y 29 de noviembre de 2021 en la denominada “marcha por la patria”, donde también participaron el actual jefe de Estado y el vicepresidente David Choquehuanca.
El MAS aún no estaba dividido y Evo defendía a Arce de supuestos intentos de “golpe de Estado” de la oposición identificada por el MAS como su “enemigo” común y que se estaba volviendo a articular, lo que para Morales y Arce representaba un peligro.
“Si a mí me han hecho golpe, a Lucho no le van a hacer”, decía Morales ese lunes 29 de noviembre de 2021 al ingresar a la ciudad de La Paz junto a Arce y Choquehuanca. El líder cocalero se posesionaba como el principal defensor de su gobierno. “Después del golpe de Estado se ha destrozado la economía (…) ahora con Lucho presidente hemos empezado a mejorar la economía”, decía.
Un Evo marchista
El Evo Morales ‘marchista’ se inició hace 34 años cuando tenía 30 años. Su primera incursión fue en 1990 con la ‘Marcha por el territorio y la dignidad de los pueblos indígenas’. La movilización partió un 15 de agosto de 1990 desde Trinidad, Beni, rememora Álex Contreras, el exvocero presidencial en la primera gestión de Morales. Esa marcha duró 34 días y cubrió más de 600 kilómetros.
“Cuando ya estábamos llegando a la población de Yolosa se unió un grupo de jóvenes productores de coca con Evo Morales a la cabeza. Evo estaba como dirigente recién electo y lo que más me llamó la atención es que eran los únicos que cargaban unas mochilas pesadas, y es que sus sindicatos les habían enviado con mochilas llenas de conservas y como estábamos a dos días de llegar a La Paz, ellos compartieron con todos los indígenas”, cuenta Contreras a EL DEBER.
Cuatro años después, en 1994 fue que se realizó la “Marcha por la vida, la coca y la dignidad”, movilización que partió desde Villa Tunari en el Chapare. Esa marcha también fue conocida como la “marcha fantasma” porque tomó caminos de herradura por las varias veces que la Policía los reprimió.
“Fue una durísima represión y prácticamente disolvió toda la marcha, varios fueron detenidos, otros regresados a sus comunidades. Evo escapó con nosotros y a través de caminos de herradura, en pequeños grupos continuamos con la movilización”, recuerda el exvocero.
Es así que la marcha ingresó por la zona Sur donde los paceños de “clase media y alta” salían de sus casas con comida, agua y otros insumos para darles la bienvenida.
“Fue una marcha durísima e histórica, y ahí yo conocí al Evo solidario, compañero que apoyaba a los que más necesitaban (…) Esas veces no se utilizaba autos de lujo, cada uno marchaba con sus pertenencias con la mochila al hombro y el ‘sleeping’. En cambio, ahora se ve acompañando a la marcha a una caravana de autos de lujo. Ha cambiado mucho”, anota Contreras.
Y es el propio Morales quien el sábado 21, cuando la marcha llegó a Calamarca en su quinto día de travesía, recordó cómo marchaba hace 30 años y el respaldo de la ciudadanía a los marchistas.
“Vinimos en la marcha por caminos de herradura a pedir nuestras demandas. El pueblo paceño ha sido tan solidario, nos respaldaban, era fiesta total. Algunos dirigentes decían: ‘compañero Evo si entramos por la zona sur la gente nos va a silbar, ahí vive la clase media, clase alta’ y cuando entramos, las señoras bien pintadas (nos recibían) con su comida, café, pan, sándwich de huevo…llorosas, porque sabían que estábamos haciendo un esfuerzo”, recuerda Morales.
“Poder electoral”
Para el político, aunque en esas épocas lograban firmar acuerdos “el Gobierno nunca cumplía”, porque sólo eran dirigentes sindicales y no tenían la fuerza de un partido político. Ése fue el motivo para impulsar la creación del MAS. “Preguntamos: El Gobierno, ¿cuándo va a cumplir estos acuerdos?, se va a cumplir cuando nosotros seamos un poder político. No es suficiente tener el poder social sino el electoral”.
Según los dirigentes evistas, la misma está compuesta por más de 15 mil personas de todo el país, aunque el ministro de Justicia, Iván Lima, decía que no pasaban los tres mil marchistas.
El exdirigente y fundador del MAS, Román Loayza, dice que la mayor parte de los marchistas son cocaleros del Chapare que fueron “obligados” por Morales a marchar con el único afán de derrocar a Luis Arce.
“Él (Evo) con la corrupción y el narcotráfico se ha hecho rico, con esa plata quiere derrotar a Lucho y David, y con multas está obligando a marchar a los del Trópico de Cochabamba, además están comandando gente de Cuba y Venezuela. Evo no va a retroceder y va a dejar dolor y luto en nuestro país”, vaticina Loayza a EL DEBER.
En esta marcha, Morales emite un discurso a la defensiva no sólo contra el Gobierno al que responsabiliza de un posible enfrentamiento, sino también se estrella contra la prensa. “Algunos de ustedes (periodistas) dicen que uso un tenis de 500 dólares, repito nuevamente: todos los tenis que tengo son regalados. Algunos de ustedes son tan irresponsables en difamar. No están difamando al Evo, sino a todo el movimiento, quiero que sepan y les miro de frente, sabemos quién está metido ahí”.