En Chile aterrizaron los dos principales carteles de narcotráfico de México: el cartel de Sinaloa y el cartel Jalisco Nueva Generación. Según investigaciones chilenas, estas bandas criminales operan principalmente en el norte chileno. A esa región pasa la cocaína que se produce y cristaliza en Bolivia, sobre todo la del Chapare. Desde el trópico cochabambino existen al menos unas tres rutas de salida de la droga: hacia Chile, Brasil y Paraguay y Argentina, que es la misma vía atravesando el Chaco boliviano.
El subsecretario del Interior de Chile, Manuel Monsalve, confirmó que en su país están operando las dos principales organizaciones criminales de México. Estas bandas, según la autoridad chilena, se asentaron para llevar drogas hacia Estados Unidos, pero también se dedican a la trata y tráfico de personas y al ciberdelito.
“La llegada del crimen organizado implica más violencia, más armas y más homicidios. El delito que antes lo cometía una persona ahora es realizado por organizaciones sofisticadas que planifican a gran escala el tráfico de estupefacientes”, afirmó la autoridad chilena.
Bolivia aparece como el segundo país que trafica más drogas hacia Chile, después de Perú, por la cantidad de casos policiales registrados en la frontera entre los años 2015 y 2021. Los decomisos realizados por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) también ponen al país como el segundo en intentar ingresar mayor cantidad de sustancias controladas al país vecino, según el VII Informe Anual del Observatorio de Narcotráfico, dependiente del Ministerio Público chileno.
Informe chileno
“Desde 2015 hasta 2021, el Departamento Antidrogas O.S.7 ha adoptado un total de 3.735 casos policiales de tráfico y microtráfico con detenidos, ocurridos en rutas (3.171 casos) y en frontera (564 casos). De estos últimos, el 55,3% (312 casos) sucedieron en la frontera con Perú; el 41,3% (233 casos) sucedieron en las cercanías con Bolivia; y el 3,4% (19 casos) en el límite fronterizo con Argentina”, destaca parte del documento.
Un aspecto llamativo del informe de la Fiscalía de Chile es la preocupación por el envío de drogas y microtráfico desde Perú y Bolivia por el borde costero. La institución reveló que las organizaciones criminales aprovechado la porosidad fronteriza trafican por medio de inmigrantes ilegales a los que denominan “burreros”, quienes evitando los controles aduaneros de Chacalluta y El Loa, transitan por sectores de playa, con el propósito de trasladar y comercializar las sustancias ilícitas en la zona central de ese país.
En esta zona, según Monsalve, están operando los cárteles mexicanos, sobre todo en las ciudades de Iquique, Arica, Antofagasta y Calama. El documento chileno destaca que en estas zonas creció la incautación de drogas que proviene de Bolivia y Perú.
“Esta modalidad se ha venido observando con mayor fuerza desde el segundo semestre del año 2021 por el paulatino retorno a la normalidad, apertura de fronteras aéreas y terrestres, la activación comercial y disminución de la presencia policial y militar en rutas y carreteras”, detalla el documento.