El embajador de Brasil en Bolivia, Luis Henrique Sobreira Lopes, habló con EL DEBER en la antesala a la llegada a Santa Cruz de la Sierra del presidente Lula da Silva. En una entrevista vía zoom, el diplomático se refirió a la coordinación que mantienen ambos países en la lucha contra los delitos en la extensa frontera que comparten ambos países.
-Hay bastante expectativa por la llegada del presidente Lula da Silva a Santa Cruz. ¿Cómo lo evalúa?
El presidente siempre que hace un viaje, ahora especialmente a Bolivia, vendrá acompañado no solo con integrantes de su gobierno y otros asesores, sino de una importante delegación de empresarios de todos los sectores, tanto exportadores como importantes.
Ellos vienen para mantener contacto, entendimiento para examinar en qué negocios pueden desarrollar la cooperación, especialmente ahora que Bolivia pasa a integrar como miembro pleno del Mercosur.
-¿Existe alguna iniciativa concreta que sea binacional para salvaguardar la amazonia y frenar la deforestación?
Uno de los mecanismos importantísimos que tenemos de la integración y coordinación es la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) del que ambos países son miembros, en ese ámbito tenemos una serie de proyectos y de cooperación. Bolivia participa como miembro de la Cuenca del Plata y de la Comunidad Andina por su posición geográfica, y nosotros estamos muy felices que se haya concretado el proyecto (Mercosur) que estaba desde 2015.
En 2025, en la ciudad de la Amazonía, Belén-Brasil, recibirá delegaciones de todo el mundo por la Conferencia de las Partes (COP 30) para discutir estos temas.
-Si bien usted no se puede anticipar por las formas diplomáticas, ¿podría decirnos cuál es el eje clave de la relación para Brasil hoy? esto tomando en cuenta la cantidad de temas que hay en los asuntos bilaterales
Nuestra relación es de vecinos que es diplomática por sus vidas independientes. Desde entonces nuestras relaciones se desarrollaron entre pueblos, pero también entre nuestros gobiernos. Compartimos una larga frontera con pocos obstáculos naturales, por lo tanto, las comunidades que viven cerca de las fronteras mantienen estos vínculos y lo refuerzan históricamente.
Compartimos una extensa frontera de más de 3.200 kilómetros que nos da muchas oportunidades de cooperación, aunque tenemos los delitos transfronterizos, pero que es una preocupación constante entre ambos países. Y para este combate tenemos una comisión muy activa que desarrollan un intercambio intenso entre nuestras autoridades policiales. Tenemos un mundo de intereses y que felizmente pueden beneficiarse de una serie de mecanismo de diálogo.
-¿Se van a realizar mayores acciones conjuntas para enfrentar al narcotráfico?
Nosotros tenemos operaciones conjuntas que se realizan cuando se identifica la oportunidad, tenemos una importante participación en el entrenamiento de operadores de radares que puedan identificar el ingreso en Bolivia de aviones que no estén identificados como vuelos regulares. Esta red de radares que Bolivia instaló hace poco necesita de operadores que conozcan de la operación de ese tipo.
Brasil con sus grandes dimensiones tenía una red que cubre todo el territorio brasileño y podemos compartir con Bolivia nuestra experiencia y capacidad de transmitir informaciones desde el punto de vista de operaciones. Hay otras cooperaciones como entrenamiento de policías involucrados en el combate de crímenes transnacionales y delitos conexos.
-¿En qué medida le afecta a Brasil el hecho de que Bolivia tenga problemas para controlar los vuelos irregulares a pesar de la existencia de radares?
Puede afectar, nosotros tenemos como libres relaciones tan extensas, si un país vecino no tiene capacidad de identificar posibles vuelos o actividades transfronterizas que puedan ser caracterizadas como delitos, afectan a los vecinos países, no solo como Brasil.