Con apenas unos meses de edad, dos monitas araña, una especie en peligro de extinción, estuvieron al borde de la muerte. Estos animales estaban en la misma área donde un grupo de 24 animales fue asesinado y quemado por cazadores que ingresaron a la comunidad El Tigre, ubicada en el municipio de Ixiamas, en el norte de La Paz.
Después de ser rescatadas por guardaparques, las monitas arañas fueron llevadas al Santuario de Fauna Silvestre Jacj Cuisi, administrado por la Comunidad Inti Wara Yassi. Según evaluaciones médicas realizadas por veterinarios de la comunidad, ambas presentan quemaduras graves en todo su cuerpo y rostro, de segundo y tercer grado.
Ingreso de las monitas arañas al santuario Jacj Cuisi / Foto: CIWY
«Las monitas arañas fueron sometidas a cuidados intensivos y cuarentena. Se cree que, cuando los cazadores quemaron al grupo de monos araña, las crías aún estaban aferradas a sus madres. Los cazadores las arrancaron de los cuerpos para venderlas como mascotas, a pesar de las heridas», menciona el comunicado oficial.
El viernes 5 de julio, una de las monitas arañas tuvo que ser anestesiada para tratar las graves heridas en su cara, se le retiró tejido necrótico. El equipo del santuario Jacj Cuisi consideró que la intervención fue exitosa, pero ambas monitas siguen en estado crítico.
Revisión veterinaria de las monitas arañas / Foto: CIWY
Para contribuir con el tratamiento de estas monitas arañas, se están recibiendo donaciones en la siguiente cuenta de la Comunidad Inti Wara Yassi (ver recuadro de abajo)
“Es importante proteger a nuestras especies en peligro” – Comunidad Inti Wara Yassi
“Lamentablemente, la demanda de carne de monte en destinos turísticos como Rurrenabaque y San Buenaventura (Beni) perpetúa este crimen. Es esencial que las autoridades controlen la comercialización en restaurantes y mercados para detener este comercio ilegal.
La Comunidad Inti Wara Yassi hace un llamado urgente a la sociedad y a las autoridades para tomar medidas inmediatas. Necesitamos generar conciencia sobre la importancia de proteger a nuestras especies en peligro y garantizar un futuro sostenible para la biodiversidad de Bolivia.
Cada uno de nosotros puede marcar la diferencia denunciando el comercio ilegal y apoyando iniciativas de conservación.”
Rigurosas sanciones
La Ley 1333 del Medio Ambiente, en su artículo 110, establece sanciones severas para quienes capturen fauna utilizando métodos prohibidos.
Las penas pueden incluir de uno a tres años de prisión y multas equivalentes al valor total de los animales afectados. En áreas protegidas o durante períodos de veda, las sanciones son aún más severas.