Hubo un impasse. Ayer, en un acto desarrollado en el cuartel de Chimoré, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, habló de una ayuda valuada en Bs 20 millones por parte de la Unión Europea (UE). Dijo que el dinero fue empleado para “una lucha eficiente contra organizaciones criminales del narcotráfico”. Presentó armamento, equipo, indumentarias y aeronaves reacondicionadas. Horas después, la legación diplomática europea aclaró que la cooperación en favor del país no incluye armas ni material bélico.
“La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) luchaba contra organizaciones criminales de traficantes de manera artesanal con armas que datan de hace 50 años; ya no servían y han perdido la vida muchos efectivos. Gracias a un socio estratégico como la Unión Europea hemos logrado más de 20 millones de bolivianos, para dotar de armamento, indumentaria”, aseguró en el ministro Del Castillo.
La declaración de la autoridad incomodó a su “socio” europeo. En un comunicado, la legación de la UE aclaró que su programa de cooperación en la lucha contra el crimen organizado y de sustancias controladas no es de orden bélico.
“La Unión Europea desea recordar a la opinión pública que su programa de cooperación de lucha contra el crimen organizado y las sustancias controladas en Bolivia apunta a fortalecer las políticas antidroga bolivianas y a reducir la oferta y demanda de drogas ilegales en el marco de un desarrollo integral con coca. (Además), el programa es producto de una estrategia alineada entre las prioridades del gobierno boliviano y las de la Unión Europea. En ese contexto, hacemos énfasis en que ninguno de los componentes del programa de cooperación a Bolivia incluye o puede usarse para la compra de armamento”, se lee en la gacetilla de aclaración pública.
Ante la molestia, el Ministerio de Gobierno, a través de un comunicado, aclaró que “los recursos de la Unión Europea fueron usados para la adquisición de equipo tecnológico tales como: visores nocturnos y equipos portátiles para la identificación de sustancias controladas”. Este detalle no había sido precisado por el ministro en el cuartel de Chimoré.
El comunicado precisa que el armamento presentado ayer fue adquirido “con recursos propios”.
Más temprano, el ministro dijo que se había adquirido fusiles para proyectiles de 5.56 milímetros y otras se adecuaron para reemplazar al equipo que incluso estaba “pegado con cinta masquín y alambres”. Asimismo, se reactivaron tres Súper Puma, helicópteros UH-1, así como un C-130, Hércules que estaban deteriorados en tierra por falta de repuestos.
EL DEBER mostró, en un reportaje divulgado el 9 de septiembre, que en los hangares de la Tercera Brigada Aérea del aeropuerto El Trompillo, cuatro de los helicópteros Súper Puma adquiridos para la lucha contra el narcotráfico reposaban por la falta de apoyo logístico, mientras que otros habían sido ‘canibalizados’. Entonces, sola estaba en operación.
En 2013, el Estado invirtió $us 165,6 millones para comprarle a Francia seis aparatos ‘Airbus Helicopters AS332-C1e Súper Puma’ y al llegar al país fueron bautizados como Jatum Puma.
“No hay cómo supervisar”
Para el especialista Franklin Alcaraz, esta situación da a entender que la UE, pese a ser el único organismo que brinda cooperación, no tiene la capacidad de controlar la inversión que se ejecuta.
Alcaraz recordó que antes de 2005, Usaid, la DEA, la Embajada de Estados Unidos, con su división antinarcóticos de la NAS colaboraban a los gobiernos en áreas específicas. Daban apoyo logístico para la Felcn, a los Diablos Azules, a la Fuerzas de Tarea Conjunta, pero tenían financiamientos específicos.
Alcaraz dijo que cuando llegó el gobierno del MAS en 2006, de forma pública el presidente Evo Morales manifestó que no le gustaban los fondos de ayuda condicionados. “Uno puede colegir que de esas afirmaciones que puede suceder cualquier cosa con el dinero de la donación porque no hay supervisión”, apuntó.