El vicepresidente, David Choquehuanca, cuestionó enérgicamente al sistema judicial del país, a pesar de la reforma constitucional de 2009, que dio vida al Estado Plurinacional de Bolivia, y lo hizo durante el informe con el que comenzó el último año de su mandato.
“Seguimos ensayando un modelo de justicia, vía elecciones judiciales, que no funciona y está cansando más al pueblo. Todo el sistema judicial está mercantilizado y es corrupto, y lo que se está reformando no alcanza para remediarlo”, afirmó la autoridad.
Desde 2009, Bolivia ha celebrado dos elecciones de magistrados —2011 y 2017— del Órgano Judicial, a partir de una preselección de candidatos que se realizó en el ámbito del debate político de la Asamblea Legislativa. Esta reforma fue presentada entonces como parte de las transformaciones más radicales del Estado Plurinacional que defiende el vicepresidente.
Esta fórmula electoral no funcionó en 2023 y provocó que los magistrados decidan prorrogarse de manera unilateral e indefinidamente en sus cargos más allá del mandato electoral. Esos comicios fueron fijados para este año, pero un fallo judicial, emitido por esas mismas autoridades salientes, volvió a poner en vilo este proceso.
Choquehuanca formó parte del gobierno desde 2006 ,como alta autoridad del Estado, solo con una pausa de dos años entre 2018 y 2020. Sin embargo, y a pesar de esa experiencia y responsabilidad, la autoridad lamentó que los cambios previstos en el contexto del Estado Plurinacional no se han ejecutado, a pesar de estar vigente ya 15 años.
Así, el vicepresidente apuntó con dureza a la justicia; sostuvo que “es la herramienta colonial, republicana y neoliberal por excelencia”. Además, “esta herramienta neoliberal nos está retrasando, nos anula y nos burocratiza”, cuestionó.
La autoridad, quien además preside la Asamblea Legislativa, aseguró que sigue vigente el llamado “Estado colonial” aun cuando ya está vigente el Estado Plurinacional.
“En el Estado colonial, el Poder Judicial ha consolidado una estructura que ha mantenido al pueblo boliviano subordinado a los intereses del poder dominante”, afirmó el Vicepresidente sin precisar la naturaleza de ese poder.
“La justicia colonial ha producido confusas y contradictorias reglas jurídicas, que la mayoría del pueblo desconoce”, continuó para aludir al proceso de renovación de los magistrados, que lleva ya una demora de un año.
“Un derecho heredado con las normas dispersas pero minuciosas que permite ejercer la discrecionalidad y la manipulación según las conveniencias. Este sistema de justicia, durante la historia republicana ha intentado eliminar la vigencia de la justicia originaria. Y después del 2006, fue conformada a la imagen y semejanza de las doctrinas europeas, consecuentemente la justicia está agonizando”, afirmó.
Cuando el presidente, Luis Arce, llegó al poder, hace cuatro años, activó un proceso para renovar la justicia, a pesar de una reforma judicial que anula la elección de magistrados.
El proceso fracasó por las tensiones entre las facciones que son parte del MAS y, pese a la postura “renovadora” de Choquehuanca, ninguna facción o bloque del partido gobernante apoyó esta reforma, planteada a través de una iniciativa ciudadana.
Este mismo viernes, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunció la decisión de dar pelea legal al Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) para posibilitar la renovación de sus magistrados a través del voto ciudadano.