La cadena norteamericana CNN reportó los detalles sobre el arresto de Manuel Rocha en EEUU, acusado de actuar como agente extranjero secreto de Cuba, siendo un diplomático de EEUU. Rocha, quien fue embajador de ese país en Bolivia entre el año 2000 al 2002, presumió, supuestamente, de sus «décadas» de trabajo en favor del gobierno cubano, diciendo que «fortaleció la revolución» durante «los últimos 40 años», y lamentó «los golpes que el enemigo», refiriéndose supuestamente al gobierno de EEUU, «ha asestado a la revolución actual».
Rocha trabaja actualmente en la consultora LLYC USA como «asesor sénior de negocios internacionales», según figura en los documentos judiciales. Y antes de eso fue asesor del Comandante del Mando Sur de Estados Unidos, cargo que dejó en 2012.
El exembajador norteamericano pasó a la historia de Bolivia como el diplomático que, por haber advertido a la población de que si votaba por Evo Morales habría consecuencias con EEUU, provocó el efecto contrario y se catapultó al líder cocalero.
Mirá el video donde Rocha lanza la advertencia:
¿Cómo comenzó la operación para desenmascararlo?
Un empleado encubierto del FBI se hizo pasar por agente de la inteligencia cubana y le envió un mensaje a Rocha por WhatsApp en el mes de noviembre del año pasado, después que los investigadores tuvieran una pista del presunto trabajo encubierto de Rocha. Así está en los documentos judiciales a los que tuvo acceso CNN.
En el mensaje que le envió le explicó que tenía un mensaje para él, de sus amigos en La Habana. «Se trata de un asunto delicado».
Rocha supuestamente respondió: «No lo entiendo, pero puede llamarme«. El exembajador accedió a reunirse con el empleado encubierto en la ciudad de Miami para hablar.
Para acudir a la reunión, Rocha, supuestamente, tomó varias precauciones para asegurarse de que no le seguían, entre ellas tomar una ruta más larga hasta su cita y pedir al empleado encubierto que hablaran en un «patio de comidas» con solo «empleados de bajo nivel (…). Así no hay posibilidad de que nadie me vea».
Durante su primer encuentro, Rocha le habría dicho al empleado encubierto que la agencia de inteligencia cubana, llamada Dirección General de Inteligencia, le pidió «que llevara una vida normal», y le dijo que había «creado la leyenda de una persona de derecha», lo que era parte de su fachada falsa.
Supuestamente habría reconocido: «Mi preocupación número uno, mi prioridad número uno era (…) cualquier acción por parte de Washington que pusiera en peligro la vida de los dirigentes o la propia revolución».
¿Cómo logró infiltrarse en la administración norteamericana?
Sobre cómo obtuvo su empleo en el Departamento de Estado, habría confesado: «Fui poco a poco (…). Fue un proceso muy meticuloso (…), muy disciplinado, pero muy disciplinado. Es un proceso largo y no fue fácil», dijo, según los fiscales.
En el proceso lo acompañaron de cerca desde la Dirección General de Inteligencia cubana. «Sabían que yo sabía cómo hacerlo».