Se realizaba un acto de graduación del nivel inicial de la unidad educativa Narciso Cáceres de la comunidad Thihumayu (Chuquisaca), cuando la presentadora quedó tan sorprendida, que se le olvidó el guion. Pero no fue la única, la mayoría de los asistentes también quedaron atónitos, cuenta Eusebio Pinto, que asistió a la ceremonia de su hija, Amelia, acompañado de sus abejas.
“No voy a vestirme de traje y corbata (…) voy a vestirme de lo que yo hago”, se había dicho a sí mismo el apicultor.
Eusebio quería dar un mensaje: las abejas son amigas; no son malas, no pican si no se las molesta o se las ataca. Pero, sobre todo: hay que cuidar la naturaleza y los insectos.
Mientras cuenta lo que vivió ese día, Eusebio ríe y dice que tuvo que salir rápido porque había personas que se desesperaban por la presencia de las abejas, pues pensaban que podían picar. Asegura que las abejas no causaron problemas, y que fueron la sorpresa que decidió darle a su niña, como un recuerdo. Sabía que era altamente probable que no lo dejaran ir con sus “abejitas” si avisaba con antelación, así que se arriesgó y llegó con ellas sin decir nada.
“Viven en el área rural, pero no habían tenido contacto con las abejas”, indica sobre las otras personas que participaron en el acto de graduación y que viven en el municipio de Padilla, en Chuquisaca. Manifestó que tendrá actos especiales para mostrar lo amigables que son las abejas.
Sobre su niña, dice que para ella el contacto con las abejas es lo normal; está acostumbrada, dado que comparte con ella su actividad.
Eusebio se dedica a la apicultura desde hace 15 años, pero desde hace siete que es su actividad principal, que se ha “apasionado” con esa labor. Produce miel, propóleo y cera y da lo que él llama “asistencia de manejo” a quienes quieran aprender la actividad.
Antes, Eusebio fue agricultor, albañil, carpintero y soldador, pero se dio cuenta que esas actividades ocasionaban daños al ambiente, por lo que decidió cambiarse a la apicultura que describe como “amigable con el medioambiente” y que “ayuda a cuidar el planeta”.
Cuenta que prepara a las abejas y las mejora genéticamente; también indica que ellas hibernan 60 días antes de la floración.
Además de ser apicultor, Eusebio ha incursionado en la comunicación y en el periodismo.