Bolivia obtuvo una calificación de 29 puntos y se ubicó en el puesto 133 de 180 países monitoreados por Transparencia Internacional (TI). Este indicador de corrupción solo fue superado por Venezuela (13 puntos y puesto 177) y Paraguay (28 puntos y puesto 136), de acuerdo con el reporte global emitido este martes por la organización desde Berlín, Alemania.
El puntaje de corrupción se mide de cero a 100, donde cero significa “altamente corrupto” y 100 implica que es percibido como “muy limpio”. De esta manera los países mejor puntuados, es decir más trasparentes, están en las primeras posiciones de este ranking.
El índice refleja la percepción de expertos y personas de negocios. La información se recolecta de varias fuentes. Bolivia bajó en 2023 dos peldaños respecto al informe de 2022 y se situó en una postura similar a la 2018 que es el peor histórico que tiene el país, según TI.
Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda son los países más transparentes del mundo. En Sudamérica el primer lugar está ocupado por Uruguay (16), seguido de Barbados (24) y Chile (29), de acuerdo con el reporte de TI.
INDICADORES
El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2023, presentado este martes 30 de enero por TI muestra que la mayoría de los países lograron mínimos o nulos avances en combatir la corrupción en el sector público. Por 12 años consecutivos, el promedio global del IPC se mantiene sin variaciones en 43 puntos, y más de dos tercios de los países obtienen una puntuación inferior a 50. Esto indica que existen graves problemas de corrupción.
De acuerdo con el Índice de Estado de Derecho, el mundo está experimentando un declive en el funcionamiento de los sistemas de justicia. Los países con las puntuaciones más bajas en este índice también están obteniendo una puntuación muy baja en el IPC, lo que pone de relieve que existe una conexión clara entre el acceso a la justicia y la corrupción, señala el reporte.
Tanto los regímenes autoritarios como los líderes democráticos que menoscaban la justicia contribuyen a profundizar la impunidad de la corrupción y, en algunos casos, incluso la fomentan al eliminar las consecuencias para los infractores. El impacto que tienen sus acciones resulta evidente en países de todas las regiones, desde Venezuela (13) hasta Tayikistán (20).
“La corrupción seguirá ganando terreno hasta que los sistemas de justicia puedan castigar los actos indebidos e imponer controles a los gobiernos. Cuando la justicia es algo que se puede comprar o interferir políticamente, quienes sufren son las personas. Los líderes deben comprometerse de manera plena con fortalecer y garantizar la independencia de las instituciones que aplican la ley y enfrentan la corrupción. Es momento de terminar con la impunidad de la corrupción”, declaró François Valérian, Presidente de TI.
BOLIVIA
En diciembre de 2023, una misión de Transparencia Internacional (TI), la organización no gubernamental que promueve medidas para frenar los indicadores de corrupción pública, visitó Santa Cruz de la Sierra en el contexto de un encuentro internacional con jóvenes de 13 países.
La consejera para América Latina y el Caribe de TI, Luciana Torchiaro, conversó entonces con EL DEBER. Habló sobre factores que favorecen a la corrupción en la región y erosionan la confianza pública, así como los valores democráticos.
En la mayoría de los países de la región, señaló, existe un fenómeno vinculado con la concentración de poder, principalmente en los poderes ejecutivos, los gobiernos que son controlados por mucho tiempo por una sola organización, así como las decisiones. “Esto ha alterado el equilibrio de poder de los diferentes poderes del Estado”, señaló Torchiaro.
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