A una semana del asalto militar en la Plaza Murillo, existen al menos cuatro señales que muestran que la democracia en Bolivia está herida de muerte. Entre ellas están una imagen deteriorada del país ante el mundo, las peleas internas e incesantes del gobernante MAS, la crisis del sistema judicial con ausencia de elecciones y la intromisión del Ejecutivo en los procesos contra los militares, y la postura oficial que insiste en su teoría de “intento de golpe”, aspecto que solo genera más debate y críticas.
De hecho, fue la propia canciller Celinda Sosa que en las últimas horas hizo énfasis en la inestabilidad asegurando desde México que en Bolivia “el peligro continúa”, e insistió “a la comunidad internacional que sí fue un golpe de Estado”. En tanto, el presidente Luis Arce, desde Bolivia, calificó el hecho como un “oscuro acontecimiento”, pero que seguirá trabajando “le guste a quien le guste”.
La imagen de Bolivia
De los cuatro factores identificados lo que más alarma es el deterioro de la imagen de Bolivia ante la comunidad internacional. EL DEBER consultó con tres expertos en diplomacia y los tres coincidieron en que el relato de “intento de golpe”, es poco creíble por la misma forma que tiene el Gobierno de manejar el caso y los hechos contradictorios que muestra.
El internacionalista Windsor Hernani dijo que esta acción sólo “muestra un Estado incapaz de garantizar una convivencia pacífica con principio de autoridad”; y una deteriorada institucionalidad incompetente para solucionar sus diferencias de manera pacífica y fundamentalmente, dependiente.
“Inmediatamente hubo movimiento militar en Plaza Murillo, la canciller Celinda Sosa pidió un pronunciamiento de la comunidad internacional. Bueno, la comunidad internacional se pronunció unos a favor y otros en contra. Si no querían pronunciamientos en contra, debieron prever y no pedirlo. La suma de apoyos o condenas al Gobierno de Arce generan un mismo resultado: dañan la imagen país”, dijo Hernani.
La visión del expresidente Jaime Paz Zamora (1989 -1993), no es ajena a esta postura. Para el exmandatario, lo acontecido en la Plaza Maurillo muestran el fin de la vida democrática en Bolivia después de más de 40 años ininterrumpidos.
“Lo que nació el 82, se está muriendo hoy día y eso es lo que hemos vivido en estos últimos días. Muestra que todo lo que se logró el 82 (1982) de generar una democracia institucionalizada fue deteriorándose sistemáticamente”, dijo Paz Zamora a EL DEBER Radio.
Pelea doméstica del MAS
Para el experto en diplomacia, Gustavo Aliaga y diputado de CC, ambos hechos: el deterioro de la imagen de Bolivia y la crisis democrática, son en gran parte responsabilidad del expresidente Evo Morales, por sus dichos y acusaciones directas contra Arce, es decir, todo esto tiene relación con las peleas internas del partido gobernante, el MAS.
“La situación se vuelve más compleja con la declaración del expresidente Evo Morales, el líder del MAS, quien asegura que esto ha sido un autogolpe. Esa declaración sirvió para sustentar el comunicado de Estados Unidos y de Argentina, que en otras palabras han dicho: ‘no lo decimos nosotros. Es el propio Evo que ha ratificado que en Bolivia hubo un autogolpe’. ¿Qué más explicación que ésa?, la situación en muy delicada, el MAS no halla salida y se sucedieron una serie de agravios y muestran a Arce en el ámbito internacional como un irresponsable”, afirmó Aliaga.
El internacionalista Andrés Guzmán añadió que todos estos hechos afectan a las proyecciones del comercio internacional porque ninguna empresa seria se va arriesgar a invertir en un país inestable democráticamente cuyo Gobierno dice ser víctima de “golpes”.
“Estoy seguro que al año vamos a estar peor calificados en los rankings internacionales porque, si hubo un intento de golpe de Estado, significa que en Bolivia no hay instituciones fuertes y sólidas. No solo se afecta a las inversiones sino al turismo, es toda una cadena”, afirmó.
Guzmán coincidió con Aliaga a que el discurso y ataques de Morales a Arce provocaron las posturas de rechazo internacional al discurso oficial, sobre todo de Argentina que generó un impase entre ambos estados.
Desde el Ejecutivo
Desde el Gobierno y el bloque arcista del MAS, el discurso es variado y hasta contradictorio. La canciller Sosa, hace énfasis en que Bolivia aún existe el riesgo de un “golpe”, pero también afirma ante el mundo que lo sucedido “sí fue un golpe de Estado”.
En tanto, el jefe de Estado ve los hechos del 26 como “un oscuro episodio” pero que pese a ello su compromiso es seguir trabajando por el país, “le guste a quien le guste”, e insistió que están detrás “intereses personales” en alusión a Morales que, según su criterio, comulga con intereses económicos, nacionales y extranjeros.
“Esos intereses perversos, finalmente, mostraron sus verdaderas intenciones para intentar volver a un pasado oscuro de dictadura”, se lee en un mensaje de sus redes.
Crisis del sistema judicial
La cuarta señal de una democracia inestable es la crisis del sistema judicial visto desde dos flancos: la incertidumbre sobre la realización este año de las elecciones judiciales, proceso que es constantemente torpedeado por recursos judiciales que impiden la continuidad de proceso de preselección de postulantes.
La oposición y los evistas en el Legislativo apuntan a que estos impedimentos son por órdenes directas del Ejecutivo.
El segundo flanco es la intromisión del Ejecutivo en actos procesales. Como un ejemplo de lo citado, está la participación directa de funcionarios de Gobierno en las aprehensiones a militares presuntamente implicados en el asalto del Ejército a la Plaza Murillo.
Según los abogados de defensa e instituciones, el Gobierno de Luis Arce cometió una serie de vulneraciones al debido proceso, a los derechos humanos y al procedimiento regular que se debe seguir en estos casos.
Hubo aprehensiones en la madrugada, sin mandamientos, fiscales ni jueces como es el caso de Aníbal Aguilar, quien junto a otros aprehendidos estuvo incomunicado en celdas policiales por más de 24 horas.
– EMBAJADAS
El ministro Eduardo Del Castillo aseguró que existen “embajadas” relacionadas con los actos irregulares del 26 de junio. Evitó citar de qué países solo dijo que serán convocadas.
– “VERGUENZA INTERNACIONAL”
El senador evista, Leonardo Loza, dice que Bolivia es “la burla de la comunidad internacional” porque “no convence el discurso del presidente Arce de que hubo un intento de golpe y solo nos hace quedar en vergüenza”. Exige la investigación de organismos internacionales.
Usan la política doméstica en busca de apoyo (*)
La imagen de Bolivia está muy deteriorada. El episodio de la pasada semana le ha causado un mayor desprestigio a Bolivia, una pérdida total de credibilidad y un golpe muy grave a la economía.
Ese show que montaron con esa supuesta insurrección militar, la hicieron coincidir con la Asamblea General de la OEA que se estaba realizando en Asunción del Paraguay, para que tenga mucho más impacto internacional y para recibir apoyo de sus aliados.
Y también, días antes, han preparado el ambiente para buscar culpables, como por ejemplo las declaraciones del ministro Montenegro que acusó a Estados Unidos de un ‘golpe blando’, lo cual es una estupidez porque Estados Unidos tiene grandes prioridades.
Al principio tuvo cierta credibilidad por las primeras escenas que daban la impresión de que se estaba produciendo un golpe. De ahí que Almagro y los cancilleres en la OEA emitieron ese apoyo.
A manera de fue pasando el tiempo se vieron cosas extrañas y la población ha visto que era una farsa. Más aún con el mensaje de Luis Arce y sus ministros a Evo de que: ‘nosotros no escapamos a México, sino nos enfrentamos con los golpistas’, y todo fue perdiendo credibilidad.
¿Y después de esto cuál es la sensación en el exterior?, es que se ha utilizado con fines de política doméstica el escenario internacional, y han hecho cometer un error a los países serios.
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(*) Jaime Aparicio, diplomático