En 2021 unieron sus caminos para competir en pareja
Anahí Saavedra (19) y Paulo Andia (23) son pareja sobre la pista de patinaje artístico y también en la vida real. Contra todo pronóstico han alcanzado varios logros, sin una pista reglamentaria en el país, sin entrenador presencial y sin auspicio para su disciplina, han ido acumulando medallas: tres de bronce y una de plata.
La semana pasada obtuvieron un puntaje de 64.60, con lo que batieron su marca y que además, les valió para alcanzar el tercer puesto de la categoría Seniors del Panamericano de Patinaje Artístico, en Ibagué, Colombia.
Un año antes, en Argentina, estuvieron en la final de la copa del mundo, donde alcanzaron el cuarto lugar. Y ahora están organizando una rifa para poder reunir $us 4.000 que van a requerir para participar del mundial en Italia, en septiembre.
Sus entrenadores no están en Bolivia, Martín Trinidad y Alejandra Azzara los preparan a la distancia (están en Argentina) y los muchachos aprovechan cada segundo de la enseñanza impartida de forma virtual.
En Bolivia no existe pista de patinaje reglamentaria, hecho que destacan incluso en la prensa internacional, pues no se puede creer que esta pareja de cochabambinos siga escalando contra todo pronóstico. Hay una pista reglamentaria en Coña Coña que construyeron para los Juegos Sudamericanos 2018, pero actualmente está en ruinas y no les dejan usarla.
Anahí y Paulo entrenan en una pista que el papá de ella mandó construir y donde también han montado lo que hoy es una escuela de patinaje, donde la pareja de competidores funge como entrenadores y comparte lo que va aprendiendo en cada competencia. Pero esta no tiene las medidas reglamentarias.
Para ellos, el patinaje artístico es como la vida: cuando se cae, hay que aprender a levantarse y seguir adelante. Así coinciden ambos, quienes con la práctica también han entendido que todas las dificultades técnicas, como los saltos y los giros, pueden y deben verse como si se tratara de algo fácil. Además de patinar, bailar y expresar con el cuerpo, ellos cuentan una historia, y lo hacen muy bien.
Elegir para su vida un deporte de alto rendimiento como el suyo puede ser un poco tóxico, pero nada los desanima. Disfrute aquí la entrevista que EL DEBER les hizo luego del triunfo en Colombia.
-¿Se dedican enteramente al patinaje artístico o hacen algo más?
Anahí: Yo estoy estudiando Criminología vía virtual en una universidad de España que se llama Unir, ya terminé el primer año.
Paulo: Yo estoy estudiando Ingeniería de Sistemas en la Simón y Patiño, en la modalidad nocturna para poder entrenar en las mañanas y dar clases en las tardes.
– ¿Cómo se conocieron y desde hace cuánto tiempo?
Nos conocimos en en una competencia nacional, Paulo era de otro club y empezamos a hablar. Nuestro anterior técnico, Juan Manuel Lemus, que es de Colombia, inició la modalidad de pareja en Bolivia y lo hizo con nosotros, porque dijo que lo ideal es que el varón sea más alto y la dama más pequeña y y ágil.
-Si se formaron como pareja de competencia en 2021, entonces, mientras estábamos en pandemia ustedes estaban entrenado y compitiendo…
Sí, teníamos competencias virtuales de patinaje.
-¿Qué diferencia hay entre una pista normal y una de hielo?
Nuestra pista tiene que ser lisa, puede ser de cemento pulido, de parquet, pero que no tenga ranuras. En Cochabamba hay solamente una que es la pista de patinaje que construyó mi papá en 2018 para que podamos entrenar. Antes de eso practicábamos en una canchita de la zona.
La gran diferencia con el patinaje de hielo son los patines, nosotros manejamos dos ruedas adelante y dos ruedas atrás. Hay un poquito de diferencia también en la forma de competir, de cómo se califican los saltos y los trompos, pero a vista de un espectador en general son bastante similares. Uno podría decir que en el patinaje sobre hielo y el patinaje artístico prácticamente hacen lo mismo, solo que en ruedas. Incluso la mayoría de saltos y trompos se llaman igual.
-Para cualquier deportista en Bolivia es muy difícil sostener una carrera y competir, todavía más en su disciplina que es incipiente como la suya. ¿hay muchos competidores?
Es bastante difícil porque es un deporte tan nuevo, pero hemos crecido bastante, en la última competencia hubo más de cien participantes y ya hay como más de diez clubes en el país, están en Santa Cruz y Cochabamba.
Nosotros, aparte de ser atletas, somos los entrenadores de un club –
Club de Patines Artísticos Anahí- porque no hay más en Bolivia. Tenemos como cuarenta a cincuenta alumnos, pero solamente compiten treinta. Actualmente nuestro club es campeón nacional en la modalidad libre, parejas, en danza y también somos subcampeones en show y en figuras.
-Para este último Panamericano en Colombia ¿Cuánto dinero dirían ustedes que gastaron en la preparación, viaje, y participación?
El pasaje costó como $us 850, las inscripciones $us 250 y entre preparación, transporte y viáticos $us 500. Todo salió del sacrificio de nuestra familia y de nuestros papás. No hubo auspiciadores. Siempre andamos preguntando si nos pueden apoyar en algo, pero no se consigue nada. El presidente de la Federación Boliviana de Patinaje habla con el Comité Olímpico porque no tienen fondos, pero nunca se consigue algo.
En lo único que se nos ha apoyado ha sido cuando la Asociación Departamental de Patinaje nos brindó una pista más grande para entrenar porque la pista que tenemos nosotros no es la reglamentaria, es la mitad, prácticamente. Nos dieron un colegio.
-En el pasado se ha visto que competidores de otras disciplinas han tenido que apelar a todo para conseguir fondos, desde hacer kermés hasta vender queques y no creo que ustedes sean la excepción. ¿Qué hicieron?
Ahora mismo estamos haciendo una rifa y vamos a hacer también una kermés para poder ir al mundial en septiembre, porque este campeonato -en Colombia- nos habilitó para ir a Italia. Creemos que va a ser mucho más caro, por eso ahora estamos haciendo la rifa. El sorteo se va a realizar el 10 de agosto y cada rifa cuesta Bs 15. El 10 de agosto también vamos a hacer la kermés donde vamos a anunciar a los ganadores de la rifa que tiene seis premios. Se puede adquirir rifas en los teléfonos 76413646 y 69415577. También se acepta cualquier aporte voluntario.
¿En cuántas competencias internacionales han estado?
Vamos por ocho, entre Sudamericanos y Panamericanos, también lo que son las Artistic International Series (copas del mundo), además de los Roller Games, que es una competencia de varias disciplinas sobre ruedas.
¿Cuál es la satisfacción que les brinda el patinaje artístico? ¿Por qué no eligieron otra disciplina?
Paulo: A mí me parece algo bastante retador tener que mezclar la dificultad técnica de todos los saltos y giros con la parte artística, que es bailar, expresar algo, contar una historia. Esto implica que todo lo técnico, todo lo difícil, se tiene que ver fácil. Me parece un equilibrio bastante bonito lograr que la fuerza y la destreza se mezclen con la elegancia y la belleza y contar una historia prácticamente con tu cuerpo.
Anahí: Desde que era pequeña probé muchos deportes, hice básquet, fútbol, voley, también natación, y cuando conocí al patinaje me gustó mucho que sea un deporte que requiere mucho sacrificio. No es que en un día ya sabes hacer todos los trucos, te vas a caer una y otra vez hasta que te salga bien. La verdad, me gusta mucho el significado del patinaje en el tema de que uno, cuando se cae, tiene que aprender a levantarse y seguir adelante. Y eso me hace recordar mucho que en la la vida, en general, siempre va a haber obstáculos, va a haber días que no te vaya bien, pero lo importante es la disciplina y la responsabilidad de seguir entrenando para poder llegar a algo.
Usted habla de sacrificio. ¿Cuántas horas al día entrenan?
Depende mucho de la época del año. La pretemporada es donde más se entrena. Nosotros hacemos pretemporadas en otros países para poder entrenar más. Entrenamos de 14:00 a 21:00 en la pista y en épocas que estamos más cerca de la competencia se baja un poco el ritmo, pero se aumenta la intensidad. Entonces, ahora estamos entrenando un turno que es de 9:00 a 12:00, y en la tarde damos clases.
Usted hacía la analogía de que si se caen hay que levantarse. ¿Hubo algún momento en el patinaje artístico que los hizo dudar y hasta pensaron en bajar las los brazos?
Hay días que no te salen bien las cosas, que no te salió un salto o te caes en toda la coreografía, en el deporte de alto rendimiento siempre es así. Además, también puede ser un poco tóxico el ambiente, me refiero a las miradas de otros como de envidia. A veces eso te cansa y uno dice ‘ya no quiero más’, pero después todo tiene sus frutos.
La satisfacción de ir a a competir, de hacer tu programa y decir ‘hice lo mejor que pude’, lo recompensa todo. Puede haber competiciones malas, pero ahí es donde uno tiene que saber que no siempre la vida es perfecta.
Imagino que tienen que estar en muy buena forma para soportar el entrenamiento y para el espectáculo. Deben cuidar muchísimo el estado físico. ¿Qué hacen?
Hacemos preparación física, también depende a la época de daño. En tiempo de competencia se baja un poco la intensidad. También tenemos nutricionista para cuidar lo que comemos. Normalmente también hacemos una o dos horas de ejercicios.
¿Cuántas medallas tienen en su haber?
Tenemos cuatro medallas internacionales, tres de bronce, y una de plata.
Están en un un deporte de élite, en el que más es lo que sale que lo que entra en cuanto a dinero, ¿no es cierto? ¿Qué proyecciones tienen ustedes para el futuro? ¿Cuánto tiempo más quieren estar en esto?
Sería maravilloso si pudiéramos vivir del patinaje. En España, los mejores del mundo, literalmente, viven del patinaje, dando clases o compitiendo por medallas y les pagan un montón. En Colombia también se puede vivir del patinaje. En otras partes tienen apoyo, tanto de la Federación de Patinaje, como del Comité Olímpico, que les pagan sueldos, patines, ruedas y entrenamientos en otros países. Si pudiéramos, ambos seríamos muy felices de poder vivir de esto.
De momento, mientras acabamos la carrera universitaria, nosotros damos clases para poder ganar algo de dinero como entrenadores, entonces por ese lado creo que estamos bastante estables, al menos por los próximos cinco años. Yo creo que nos vemos todavía compitiendo a nivel internacional.
También son pareja sentimental ¿no? ¿hace cuánto tiempo?
Estamos juntos dos años.
¿Eso les juega a favor o en contra?
No mezclamos vida personal con entrenamiento. En entrenamiento somos pareja de patinaje. Y creo que hemos tenido más peleas en pista que afuera. Pero es normal que las parejas tengan discusiones y demás. Saber hablar las cosas, poder haber resuelto tantas discusiones de patinaje en pistas, nos ha ayudado a ser una pareja bastante estable y comunicativa.
Para los jóvenes bolivianos que no necesariamente van a incursionar en el patinaje artístico, sino para cualquier disciplina que ellos sueñen emprender, ¿Qué mensaje de optimismo, de motivación, ustedes les darían?
Yo creo que para cualquier deporte sirve esto de aprender a levantarte y seguir. Nosotros hemos podido ver los frutos de la perseverancia. Creo que en cualquier deporte y en la vida, que si tú sigues y luchas por lo que quieres, eventualmente va a llegar.
No puedo dejar de preguntar esto, me llama mucho la atención que las carreras universitarias que estudian no son precisamente artísticas, lo cual contrasta con el patinaje, ¿por qué criminología? ¿ por qué ingeniería de sistemas?
Anahí: Soy muy curiosa, me gusta investigar cosas y no me gustan los trabajos de oficina. Soy una persona muy activa. Quiero especializarme en peritaje forense, pero a la vez no quiero que este sueño del patinaje se acabe. Estoy pensando ir el próximo año a Argentina, donde hay una universidad que tiene carrera de deportes sobre ruedas. Así tengo las dos cosas que me gustan en la vida.
Paulo: Yo empecé a estudiar antes de patinar. Pero cuando empecé a patinar y conocer todo este nuevo mundo, ya no tenía tiempo para dedicarme a una carrera bastante exigente, ya no podía seguir con un horario de universitario normal y entrenando y dando clases. Entonces busqué una alternativa y opté por ingeniería de sistemas por si por si todo falla, Dios quiera que no, pero es como mi red de seguridad.
Normalmente un hombre, en cuanto a deportes, prefiere el fútbol, no es tan usual que sea patinaje. Cuando usted Paulo empezó en un deporte tan artístico, ¿no lo molestaron?
No hubo bromas directas, pero sí al principio se sintieron las miradas como de que estaban presenciando algo raro, pero me siento muy bien de haber introducido a Bolivia la modalidad de parejas tan pronto en en cuanto al nacimiento del patinaje, ahora ya no se lo ve como un deporte de chicas.